CAMBIOS EN EL PROYECTO PARA LA TRANSFORMACIÓN DEL PATRIMONIO DEL FC BARCELONA

El Barça se olvidará del diseño de Norman Foster para el Camp Nou

Norman Foster presenta la maqueta de su proyecto para el Camp Nou, en septiembre del 2007.

Norman Foster presenta la maqueta de su proyecto para el Camp Nou, en septiembre del 2007.

XABIER BARRENA
BARCELONA

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el proyecto que el arquitecto inglés Sir Norman Foster dibujó para el Camp Nou del futuro irá a parar al cajón del olvido. El motivo formal que dio inicio a la segunda búsqueda, por parte del club, de una recalificación con la que rentabilizar los terrenos del Miniestadi, pasará a mejor vida por cuanto ninguna de las tres principales candidaturas, ni la de Sandro Rosell, ni la de Marc Ingla ni la de Jaume Ferrer (en riguroso orden demoscópico) piensan hacerle el más mínimo caso. El coste y, sobre todo, lo que se consigue por ese coste, tasado, hace dos años en 250 millones de euros y que algunos ya duplican hasta los 500 es lo que echa para atrás a los presidenciables. Ayer, la comisión municipal de Urbanismo informó favorablemente, por su parte, sobre el plan de recalificación del Miniestadi, que será aprobada provisionalmente el viernes 28.

La propuesta con la que Foster ganó el concurso convocado en el 2007 por el clubblaugranamantiene la estructura asimétrica actual, aunque con una imagen nueva. Foster, además, prevé incrementar hasta las 104.000 las localidades del estadio, todas ellas a salvo de la lluvia y las inclemencias del tiempo.

Las tres candidaturas coinciden en que el Camp Nou necesita una reforma. Obra de Francesc Mitjans, en 1957, el Camp Nou va quedando cada vez más como un campo anticuado, sobre todo si se comparan con modernas maravillas como el Emirates Stadium y el nuevo Wembley (obra del mismo Foster), ambos en Londres, o el Allianz Arena, en Múnich (del equipo suizo Herzog & De Meuron, terceros en el concurso azulgrana).

Los accesos para el público en general y, muy particularmente, para las personas con alguna discapacidad física son, ahora mismo, uno de los grandes temas pendientes. Ligado a esto están los aspectos de seguridad, es decir, la evacuación en caso de que sea necesario y, en un último escalón, los tenderetes de restauración que dotan a los pasillos del coliseo azulgrana de un entrañable a la par que desvencijado aspecto y, sobre todo, un característico olor.

RECONSIDERACIÓN / La candidatura de Jaume Ferrer, ungida por el propio Joan Laporta con el título de continuista de la junta actual, la que convocó el concurso que ganó Foster, señaló a este diario que el proyecto en su día seleccionado se debe reconsiderar.

Más allá de que los números que surgen de la recalificación del Miniestadi, finalmente, no sean todo lo boyantes, para el club, que se preveía, sobre todo en la coyuntura económica actual, el coste de la remodelación eminentemente estética se antoja excesiva.

El equipo de Marc Ingla considera que las obras en el estadio son ine-

vitables y que el coste de estas reformas, como mínimo, se situarían en cerca del 80% de lo que se ha presupuestado para el proyecto de Foster. Dicho diseño no despierta grandes entusiasmos en la candidatura aunque, llegado el caso, sometería a referendo entre los socios la posibilidad de hacer este u otro proyecto.

TAJANTEMENTE EN CONTRA/ Los más tajantes en cuanto a la «locura» que supone seguir adelante con el proyecto Foster son los colaboradores de Ro-

sell. Un portavoz de la candidatura señaló a este diario que la inversión es desproporcionada para levantar lo que él califica, simplemente, de «fachada», en referencia al mosaico de paneles de policarbonato de varios colores y paneles de vidrio translúcidos que darían un aspecto de mosaico de colores. Los hombres de Rosell creen absurdo desprenderse de patrimonio del club para embellecer el estadio. El propio Rosell afirmó ayer en Madrid que el diseño de Foster no es «viable».