RECUPERACIÓN MUNICIPAL DE UN RECINTO HISTÓRICO DE LA CIUDAD

Defensa retira los últimos símbolos franquistas del castillo de Montjuïc

ALBERT OLLÉS
BARCELONA

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La última águila franquista que seguía visible en el castillo de Montjuïc ya es historia. En un gesto enmarcado dentro de la progresiva recuperación municipal del fortín, y en cumplimiento de la ley de la memoria histórica aprobada por el Congreso el 31 de octubre del pasado año, el Ministerio de Defensa ha retirado los símbolos franquistas que quedaban en el recinto, ubicados en el foso de Santa Elena. Un último paso antes de acometer el traslado del museo militar, previsto en la restitución plena y definitiva del castillo a la ciudad que el Gobierno central hizo efectiva el 30 de abril del 2007.

El escudo de hierro donde estaba el águila contenía, como es tradicional, un yugo y unas flechas y formaba parte de un conjunto en memoria de los "caídos por la patria", en forma de sagrario al aire libre. Este incluía una inscripción y un crucifijo con reminiscencias franquistas, y una enseña requeté, que han sido arrancados junto al escudo.

ESCULTURA ALEGÓRICA

Solo ha quedado --de momento-- la cruz y la capilla de piedra (sin lema alguno), una escultura alegórica de una mujer recostada sobre el suelo, tres mástiles sin bandera y un arco con la frase "honor a todos los que dieron su vida por España". Una frase que, pese a recordar la retórica falangista, permite una interpretación más abierta --siempre en clave militar-- en referencia a todos los fallecidos en la guerra civil.

De forma paralela a estas acciones simbólicas, el ayuntamiento sigue impulsando los diferentes proyectos que cambiarán la fisonomía arquitectónica y de contenidos del castillo. La última novedad al respecto es el encargo a Jordi Capdevila, un reconocido especialista en la gestión de conflictos y crisis internacionales, del diseño de los programas que ofrecerá el centro por la paz.

Capdevila ha elaborado ya un primera propuesta genérica, dividida en dos ejes temáticos. El primero, según explicó a este diario, girará sobre la "construcción de la paz" en aquellos países que han sufrido un conflicto o están en riesgo de ello. El segundo se dedicará a fomentar la educación en la cultura de la paz, como instrumento de prevención en cualquier parte del planeta.

Basándose en esos dos ejes, Capdevila propone cuatro grandes pilares de actuación: la difusión y la sensibilización, un centro especializado en formación, la investigación aplicada, con el estudio de casos concretos, de la gestión de conflictos y la presencia en el espacio de Montjuïc de otras entidades internacionales que trabajan en el mismo campo.

En este último punto es donde se materializaría el ofrecimiento del alcalde, Jordi Hereu, al Gobierno, de vincular el centro por la paz con la Alianza de las Civilizaciones que impulsan Zapatero y la ONU.

PRIMEROS CONTACTOS

Una proposición que, según fuentes municipales, ha sido bien acogida por el Ejecutivo central, con el que ya se han mantenido los primeros contactos para concretar el proyecto. "El objetivo es crear en el castillo un centro de referencia internacional en el ámbito de la construcción de la paz, una especialidad reciente de la que en España se tiene muy poca experiencia", resume Capdevila.

Como ejemplo, una de las ideas que se baraja es la de ofrecer seminarios de 15 días a estudiantes que se estén formando en la materia.