El Athletic piensa a lo grande

El proyecto 4.0 de Valverde, sustentado en la renovación de Laporte, mira a la Champions aunque el rendimiento goleador siga dependiendo de Aduriz

Iñaki Williams, en el partido ante el Sporting en El Molinón.

Iñaki Williams, en el partido ante el Sporting en El Molinón. / periodico

IGOR SANTAMARÍA / BILBAO

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Horas antes de que arrancara la Liga gripado, derrotado en El Molinón, donde no perdía desde hace 25 años, el Athletic intentó sin éxito dar el pelotazo del mercado veraniego al estar dispuesto a abonar en la LFP los 40 millones de euros de la claúsula de rescisión de la emergente figura de la Real Sociedad, Mikel Oyarzabal, atacante de 19 años al que ofreció 3,5 millones netos, lo que le hubiera colocado al nivel del segundo mejor pagado de la plantilla (Raúl García) y un millón por debajo de Laporte.

El eibarrés, aunque lejos de esos emolumentos, prefirió aceptar la oferta de renovación del club donostiarra, hasta 2022, con un aumento de su blindaje hasta los 50 millones, 60 en el caso especial de que la tentativa llegue desde el otro lado de la autopista, la famosa cláusula ‘antiAthletic’.

Su postura se asemeja precisamente a la que adoptó el central nacido en Agen, que prolongó su vínculo sentimental como león hasta 2020 desoyendo los cantos de sirena procedentes desde el despacho de Pep Guardiola para erigirse en futbolista ‘citizen’, y es que pese a que Ernesto Valverde dispone en su cuarta temporada consecutiva del mismo bloque de jugadores, los rojiblancos se han fijado una aspiración mayor a la de concursar nuevamente en la Europa League, es decir, clasificarse para la Champions y perseguir el codiciado trofeo de Copa después de que hace doce meses birlaran con la Supercopa el sueño barcelonista del sextete a las órdenes de Luis Enrique.

GURPEGI, AYUDANTE DE VALVERDE

“Cuando consigues un éxito, hay que avanzar”, confesó de salida el técnico gasteiztarra, que tendrá como escudero a Carlos Gurpegi, pero no sobre el césped tras su retirada, sino aportándole consejos en el banquillo para la pizarra. La primera diatriba parece que será semanal, y es que ‘Txingurri’ ha decidido mantener en vilo a su tridente de porteros, y así como Iraizoz fue el titular frente al Sporting es probable que ante el Barça corra el turno y los guantes sean para Iago Herrerín, con Kepa Arrizabalaga a la espera de su ocasión, una incógnita que con el paso del tiempo podría derivar en un serio problema para la competitividad y la atmósfera en el entorno.

"En el cuarto año me obliga a pensar en cómo sorprenderles" (Valverde)

Lo cierto es que los jugadores clave para el buen hacer del equipo, casos de Aduriz, de quien sigue dependiendo el rendimiento goleador del Athletic, San JoséRaúl García o Markel Susaeta, han arrancado lejos del pico de forma idóneo aun siendo fijos en un once titular prácticamente intocable para el míster, lo que acentúa el rol secundario de compañeros en mejor estado físico, y ahí es donde se halla el peligro del plantel, en que irrumpan los intocables y la comodidad redunda en déficit de competencia.

Después de que Aurtenetxe no convenciera tras su cesión al Tenerife y sus maletas hayan acabado en el Mirandés, el olfato de Guillermo haya sido prestado al Elche o Ibai Gómez se haya visto obligado a marcharse al Alavés (Unai López y Ruiz de Galarreta seguirán fuera de Bilbao mejorando deportivamente en el Leganés y Numancia, respectivamente); Valverde tendrá que recuperar para la causa a piezas como Ander Iturraspe, desaparecido durante dos cursos, Óscar de Marcos o Iker Muniain, penalizado por sus ocho meses en el dique seco -así como Iñigo Lekue o Sabin Merino-, mientras da la oportunidad al zurdo Mikel Vesga en la sala de máquinas y al polivalente defensa Yerai Álvarez.

Iñaki Williams, que ha suscitado el primer debate liguero al recibir insultos racistas desde un sector de la grada asturiana, tiene en sus botas aportar las dianas que acostumbra a sumar Aduriz, empeñado en desafiar la barrera de la edad, al cumplir 36 años el próximo febrero.

“El cuarto año con jugadores que han estado un montón de pafrtidos conmigo, escuchando los mismos mensajes, con un estilo de juego que ya conocen y con consignas que, seamos sinceros, los entrenadores muchas veces nos repetimos, me obliga a pensar en cómo sorprenderles”, reconoció Valverde antes de las vacaciones sabedor del desgaste que genera el día a día en un mismo vestuario.

Lo plasmado en el balance veraniego, con una victoria en ocho partidos ante rivales de campanillas, ha manifestado que atrás, con Laporte saliendo de una importante lesión y De Marcos del quirófano, Bóveda ha tomado el relevo tras el errático final de campaña de Etxeita, y es que del cuarteto del ejercicio anterior, solo Balenziaga permanece en perfecto estado de revista.

"La decisión de Laporte da sentido a un club como el Athletic" (Urrutia, presidente) 

Los internacionales acusan una preparación diferente y Raúl García está anclado en la sombra de lo que ha demostrado ser, el faro en todos los sentidos, mientras Susaeta parece estar con las luces apagadas. Agradecido el presidente Josu Urrutia por una apuesta como la del zaguero a quien también siguió el Barça, “cuya decisión es la que da sentido a un club como el Athletic”, el proyecto 4.0 de Valverde obliga a levantar la persiana lo antes posible para evitar, un año más, ir a remolque para luego ahondar en la escalada hacia una cumbre que ha redoblado las exigencias.