El tridente del Barça no chuta

El equipo de Luis Enrique acusa la inusual falta de contundencia ofensiva de Messi, Suárez y Neymar en este irregular mes

Neymar, Suárez y Messi, en el Barça-Madrid del Camp Nou (1-1).

Neymar, Suárez y Messi, en el Barça-Madrid del Camp Nou (1-1). / periodico

MARCOS LÓPEZ / JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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Apagado el clásico, con ese frustrante final firmado por Sergio Ramos que silenció el Camp NouSergio Ramos que silenció el Camp Nou, el Barça continúa buscando argumentos para levantarse. No hay manera de hacerlo en este último mes donde la derrota en el campo del City abrió una crisis poca clásica para el equipo de Luis Enrique. Poco clásico resulta, por ejemplo, que una delantera formada por Messi, el mejor del mundo, Luis Suárez, el mejor nueve del mundo, y Neymar, considerado como el heredero al trono de Leo, se haya estancado.

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No chuta ahora el tridente. No es una expresión, es algo literal. Chuta poco y sin mucha puntería, como retratan los cinco últimos partidos. Apenas cinco goles (dos de ellos a balón parado, el penalti de Messi en Glasgow y el cabezazo de Suárez al Madrid) en los últimos 450 minutos simbolizan ese inusual declive ofensivo azulgrana.

CHARLA DE LUIS ENRIQUE

Es el Barça de Luis Enrique un equipo pensado por y para el tridente. Y si el tridente no anda fino, es normal que lo acuse porque toda su estructura está organizada (con o sin Iniesta) para que los delanteros expresen su talento. Con el capitán, todo es mucho más fácil y, sobre todo, mucho más fluido como se demostró en la media hora final del clásico.

De repente, el equipo redescubrió viejas sensaciones y se sintió mucho más feliz, solo falta mirar el rostro de Busquets, que ofreció sus mejores minutos del curso, o del propio Messi. Sin Iniesta, la vida resulta mucho más dura, incluso para tres estrellas.

"Tuvimos dos claras ocasiones de Ney y Leo para cerrar el partido. Debemos mejorar en efectividad" (Luis Enrique)

Hasta Luis Enriqueque se reunió el domingo por la mañana con la plantilla para analizar el empate con el Madrid y preparar el inminente el duelo europeo del martes con el Borussia, admitió ese problema. «Tuvimos dos claras ocasiones de Ney y Leo para cerrar el partido», dijo el técnico con la boca pequeña.

No cerró la puerta del clásico y Ramostras la imprudente falta de Arda Turan y la mala defensa azulgrana en la acción a balón paradoArda Turan , se coló en la casa de Ter Stegen. Pero esa última jugada acción no habría tenido incidencia alguna si el Barça hubiera resuelto antes. «Debemos mejorar en efectividad», subrayó Luis Enrique.

SIN CONTROL EN LAS ÁREAS

Por una razón u otra, el equipo no solo ha perdido contundencia sino que también remata menos. No domina las áreas (ni la rival ni la suya) como solía en esa evolución táctica que había impulsado Luis Enrique. Tampoco resulta nada casual que en esta irregular racha que lleva desde la derrota en Inglaterra ante el City (1 de noviembre) haya sido incapaz de cerrar su portería.

Siete partidos, dos victorias (Sevilla y Celtic), cuatro empates y la caída ante el conjunto de Guardiola que abrió el camino de la irregularidad. Una ruta a la que todavía no halla salida. En solo dos encuentro se mantuvo Ter Stegen imbatido demostrando que esa crisis de juego no solo se concentra en la falta de puntería y, por lo tanto de eficacia, sino que es de solvencia defensiva, sacudido, además, el Barça por las lesiones en el eje de la zaga.

No hay central (Piqué, Mascherano, Umtiti o Mathieu) que no haya pasado por la enfermería. De hecho, el defensa francés aún sigue porque ha vuelto a recaer de una lesión muscular. Pero más allá de esos problemas estructurales, que se han hecho todavía más evidentes con la ausencia de Iniesta, el Barça ha perdido, aunque parezca mentira decirlo, gol.

Basta repasar el clásico para comprobar esa caídaMessi, por ejemplo, apenas pisó el área de Keylor Navas.Tan solo cuando recibió la asistencia del capitán y disparó fuera: 90 minutos, dos tiros, uno a puerta (el de falta directa, lejana y atrapada con comodidad por el meta blanco). Suárez estuvo listo en el gol. Fue su único remate a puerta.

EL ‘CASO NEY’

Más sorprendente resulta, sin embargo, la extraña involución que ha protagonizado Neymar ante el gol. De repente, no ve portería. Su último tanto se remonta al 19 de octubre en el Camp Nou ante el City. Desde entonces, ha desaparecido. Mientras aumenta su influencia como asistente (el sábado sirvió el centro a Suárez en el 1-0), decrece su impacto como goleador.

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Suma más del doble de asistencias (13) que de goles (6). Si se le compara con su aportación de la pasada temporada, por esta misma época, es aún más dolorosa. Llevaba entonces el brasileño 16 tantos.

Por eso, y ahora que ha vuelto Iniesta, el verdadero guardián del estilo, para arropar a Busquets y darle alivio a Piqué, Luis Enrique espera reencontrar la mejor versión del tridente. Apenas siete goles han sumado entre los tres en este extraño mes. Es obvio, pero sin tridente, no hay Barça.