Tridente: atasco fatal

La delantera del Barça no ha conseguido marcar ni un gol en tres de los últimos cuatro partidos

Messi se lamenta, junto a Luis Suárez, de una ocasión desperdiciada en el partido ante la Juventus.

Messi se lamenta, junto a Luis Suárez, de una ocasión desperdiciada en el partido ante la Juventus. / periodico

JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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Un afilador debería pasarse por Sant Joan Despí para perfilar las puntas del tridente. Se han tornado romas. De tanto usarse, ha dejado de ser tan punzante y letal como era. En el peor momento, cuando más incisivo debía mostrarse, cuando más dependía el Barça de su principal arma arrojadiza. Cero goles en 180 minutos frente a la Juventus, combinados con los tres que juntaron Dybala y Chiellini en Turín, han derivado en la segunda eliminación consecutiva en los cuartos de final. El tridente se ha atascado y el Barça se ha parado en plena autopista.

Ellos, los campeones del 2015, la imagen de portada de la candidatura de Josep Maria Bartomeu en las elecciones, representan la derrota de la apuesta incondicional por la fórmula exclusiva de los tres delanteros que, además, ellos mismos se han encargado de potenciar apareciendo siempre juntos y solos.

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Pero es solo una foto. Un resumen. Detrás no ha habido nadie que les cubriera, que les tapara un mal día en las jornadas decisivas. Los dos goles de Messi y uno de Alcácer a la Real Sociedad resumen la producción realizadora del equipo en los últimos cuatro partidos.

CUATRO VICTORIAS EN OCHO PARTIDOS

El milagro del Paris Saint Germain quedará como un hito para la historia, pero no ha supuesto un punto de inflexión en la temporada. Era irregular en resultados y regular en juego, y ha continuado siendo igual, con solo media parte ante el Sevilla que mereció flamear de pañuelos. De los ocho partidos disputados desde que abrieron los cielos, el Barça solo ha ganado cuatro: Valencia, Granada, Sevilla y Real Sociedad, tres de ellos en casa.

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El tridente es la imagen de marca del Barça de Luis Enrique, un equipo que ha acumulado ya el sobresaliente botín de ocho títulos en dos temporadas, y que puede ampliarse a diez si no hay una despedida anticipada en la Liga este domingo en el clásico y no se produce un pinchazo mayúsculo en la final de Copa contra el Alavés. Algo que no es ni mucho menos descabellado a pesar del disgusto europeo, previsible tras la primera parte de Turín que Luis Enrique recordará "por los siglos de los siglos" y con "mucha tristeza en mi memoria".

Messi (45 goles), Suárez (31) y Neymar (15) totalizan 91 tantos de los 143 marcados por el equipo (63%). Ellos, y los demás, remataron 31 veces al marco de Buffon, pero solo 9 disparos fueron bien dirigidos. La Juventus realizó 27 tiros, 7 entre los tres palos, con un saldo de tres goles.

A 31 DE DISTANCIA

La pérdida de finura, visible, se confirma con los brillantes antecedentes del tridente cuando se hundía en las carnes del enemigo. Esos 91 tantos no llegarán a igualar los 122 del primer ejercicio (2014-15) en el que empezaron a coincidir, con el lastre que supuso la ausencia durante dos meses y medio de Luis Suárez por la sanción de la FIFA. Entre los tres deberían marcar cuatro goles por partido en los siete que faltan (seis de Liga y la final de Copa). La temporada pasada, Messi, Suárez y Neymar llegaron a los 131 goles pese a que Leo se perdió 9 encuentros por lesión.

El trío ha gozado de buena salud este curso (Messi sufrió una rotura en el aductor que le apartó tres encuentros), pero solo el 10 ha repetido números. Sumó 58 goles la primera temporada, 41 en la pasada y lleva 45 en la actual. Suárez pasó de 25 a 59, cuando ganó el Pichichi y la Bota de Oro, y lleva los cuatro últimos partidos atascado en 31. Neymar sigue en declive productivo. El más achatado de todos en el remate: de 39 a 31 y de 31 a 15 hasta la fecha.