Así fue el 'Tamudazo' que dejó al Barça sin Liga

La dinámica del Barça en este tramo final ha despertado el recuerdo del gol de Tamudo que sacudió la Liga 2006-2007

CHRISTIAN MARTÍNEZ / BARCELONA

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El giro dramático de los acontecimientos que ha vivido la Liga, donde el Barça ha dejado escapar 11 de los últimos 12 puntos en juego permitiendo que tanto Atlético como Real Madrid sueñen con alcanzarla, ha propiciado que los más nostálgicos hayan echado la vista atrás para recordar uno de los episodios más crueles para el aficionado azulgrana. Nueve años van ya de aquel momento, y todavía nadie ha conseguido borrarlo de su imaginario. Fue una noche aciaga, donde ni la mano de ‘Dios’ salvó el desastre.

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Aquel 9 de junio de 2007, el Camp Nou se vistió con sus mejores galas para un derbi especial, diferente, con un aroma a título de Liga que acrecentaba la necesidad de derrotar al eterno rival en Barcelona. Era la penúltima jornada de campeonato, y 90.695 espectadores se sumaron a una fiesta donde el RCD Espanyol comparecía en el papel de acompañante de lujo, sin nada en juego más que el orgullo tras una temporada gris. Con el Barça empatado a puntos con el Real Madrid, pero con los de Fabio Capello, el mismo que ahora deambula sin equipo a la caza de alguna súper oferta, en ventaja gracias al gol average, la antesala de la última jornada liguera se presentaba como un todo o nada. Juntos a los dos grandes esperaba ansioso el Sevilla, tercero en discordia con 70 puntos, a tan solo dos del liderato.

Con el habitual horario unificado, los transistores adquirieron otra dimensión aquella noche en los estadios de la Liga y alrededores. Aquel fatídico sábado, de recuerdo infausto para los azulgranas, empezó con el preludio de lo que estaría por llegar. Raúl Tamudo, eterno capitán blanquiazul, adelantó a los suyos al batir en un mano a mano a Valdés tras un magistral pase de Iván de la Peña, otro de los grandes dolores de cabeza azulgrana. Las primeras alegrías de la noche llegarían desde la Romareda, a 300 kilómetros de distancia del Camp Nou, donde unas manos de Iván Helguera provocadas por el único y talentoso Pablo César Aimar propiciaron que Diego Milito adelantara a los maños, que se jugaban entrar en Champions, de penalti. Con los dos grandes cayendo, quien se frotaba las manos era el Sevilla, que desaprovechó la ocasión al empatar ante el Mallorca (0-0).

LA MANO DE DIOS

En pleno desconcierto, el caos fue el mejor aliado del Barça. Como si de añadir más espectacularidad a la película se tratara, el colegiado no vio como Leo Messi conseguía el empate tras marcar con la mano superando así la salida de Kameni.

Renombrada como ‘la mano de Dios’, aquel empate situaba al Barça como líder ante el cabreo de los blanquiazules y la sonrisa pícara de Joan Laporta en la grada. El por aquel entonces presidente desató toda su tensión cuando, de nuevo, Messi adelantó a los azulgranas con un derechazo tras asistencia de Deco.

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Con tres puntos más que el eterno rival, la felicidad del Barça acabó en ese instante. El resto, un calvario. Van Nistelrooy puso el empate en Zaragoza con un gran testarazo, y Diego Milito puso un hilo de esperanza al ridiculizar a la zaga blanca antes de batir entre las piernas a Iker Casillas (2-1). Pero fue un espejismo. Una dura ilusión que acabaría en tragedia.

EL CAOS EN 18 SEGUNDOS

El Camp Nou celebró aquel gol como si de su equipo se tratase, y vivió más pendiente del transistor que de lo que ocurría en el derbi. Y cuando desde la Ciudad Condal ya se tocaba la gloria, hicieron acto de presencia Quentin Tarantino, Steven Spielberg y compañía para firmar la mejor película rodada nunca en un rectángulo de juego. En el minuto 89, en pleno éxtasis azulgrana, Van Nistelrooy situó el 2-2 y tan solo 18 segundos después llegó el gran golpe. Tamudo aprovechó una rápida contra para batir a Víctor Valdés y situar también el empate en Barcelona. Ese gol también recibió un nombre. El 'Tamudazo' sacudió al Camp Nou y a la Liga, evitando el título azulgrana y sirviéndolo en bandeja al Real Madrid.

Sus besos al escudo ante la incredulidad azulgrana permanecen todavía en el imaginario azulgrana que ve como ese tramo final de infarto puede repetirse esta temporada en una Liga que parecía más que resueltaLiga . La última jornada de aquel campeonato no deparó sorpresas, ya que el Real Madrid se impuso al Mallorca por 3-1, con sufrimiento tras ir perdiendo durante 67 minutos, e hizo inútil la goleada del Barça en el Nou Estadi de Tarragona (1-5). Como si de un 'dejà vu' se tratara, aquel silencio sepulcral que se vivió el desdichado 9 de junio regresó este domingo, pero en esta ocasión el Barça todavía tiene tiempo para encajar y asestar el último golpe.