Suárez: "Si queremos entrar en la historia tenemos que remontar"

Si el acto hubiera sido el miércoles, al día siguiente de la gran catástrofe de París, se habría cancelado. Pero el disgusto de la Champions empieza a estar digerido. La posterior metabolización del desastre empieza a producir otra reacción: el deseo de convertir aquella desgracia en una (otra) noche inolvidable. Porque inolvidable será el 4-0 de París que ha conmocionado al Barça. Es, la remontada al PSG, "un lindo desafío" para Luis Suárez, que desearía encontrarse ya en puertas del partido de vuelta.

Pero no es así. Faltan dos semanas y media para el 8 de marzo y hasta aquel día al equipo le perseguirá el fantasma del Parque de los Príncipes. Algo que, sin embargo, no debería distraer a los jugadores. Hasta entonces, tendrán que enfrentarse al Leganés (este domingo), al Atlético (el próximo) y al Sporting  y al Celta (1 y 5 de marzo) en la Liga. Otro desafío quizá más complejo porque no está en manos del propio Barça, sino en las del Madrid.

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UN "GOLAZO"

"Si queremos quedar en la historia de este club tenemos que dar la vuelta a la eliminatoria", considera Luis Suárez, que se convirtió en portavoz de la plantilla en el cierre de la 12ª edición del libro benéfico anual que publica el colectivo 'Relats Solidaris'.  El proyecto iba destinado a recaudar fondos que ayuden a combatir la PKU, una enfermedad minoritaria. La Associació Catalana de Trastorns Metabòlics Hereditaris ha obtenido 54.710 euros.

"Vaya golazo, Luis", fue el agradecimiento que le dedicó en un mensaje de Federico Mayor Zaragoza, exdirector general de la Unesco. Cuatro para igualar la eliminatoria, cinco para superarla es  lo que necesitará el Barça. Una apoteosis. Por el volumen de goles necesarios, por la entidad del rival, y porque nadie lo consiguió antes en la Champions para levantar una eliminatoria tan adversa.

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"Somos uno de los pocos equipos que podemos revertir esta situación", insistió Suárez, ilusionándose con la proeza: "Si marcamos dos goles en 20 minutos o en los primeros 45 minutos, puede cambiar todo", dijo, esbozando una breve pauta del 'tempo' ideal que debería seguir el guion perfecto. "Somos capaces, hay que autoconvencerse", insistió.

"Somos uno de los pocos equipos que podemos revertir esta situación. Si marcamos dos goles en 20 minutos o en los primeros 45 minutos, puede cambiar todo"

FE PARA EMPEZAR

Suárez se ilusiona y Suárez quiere ilusionar. La fe será un factor fundamental para afrontar la gesta que incrustará a este Barça en la historia, como espera el delantero uruguayo. Aunque ya lo está con los 8 títulos conquistados de los 10 posibles. También se necesitarán goles y que el equipo logre, la línea de regularidad que le caracterizó en los dos años anteriores.

"No hay nada imposible", proclamó Lucho. En efecto, ninguno de los ingredientes es quimérico. La calidad de la plantilla no ha desaparecido, y el fútbol sigue cultivando el factor de la imprevisibilidad, como se vio en el Parque de los Príncipes, el escenario de una pesadilla de la que trata de huir el equipo, perseguido, también por las críticas.

"CULPABLES SOMOS TODOS"

Nada nuevo ni nada inesperado en un Barça, donde las victorias contienen algún matiz amargo. "Sabemos que, cuando ganamos, hacemos cosas mal que hay que corregir", asumió. Las derrotas, por el contrario, provocan críticas a granel. El entrenador es quien se lleva la ración mayor. "Culpables somos todos", dijo Suárez en respuesta a la unánime designación de Luis Enrique como el máximo responsable de la debacle. "Con él también disfrutamos", recordó el charrúa, aludiendo a los títulos recopilados.

"Los elogios debilitan y las críticas duelen. No hay que hacer mucho caso de los comentarios"

"Los elogios debilitan y las críticas duelen. No hay que hacer mucho caso de los comentarios", fue la reflexión de Suárez, aún dolido por perderse la final de Copa – «pocas veces se ven dos tarjetas en dos minutos", dijo con amargura–, pero consciente, al mismo tiempo, de que la vida tiene cosas más importantes por las que preocuparse y por las que luchar: la salud de los niños y las niñas.