Será en Granada

El Barça se jugará la Liga con el Madrid como único rival después del batacazo del Atlético

Rafinha anota el cuarto gol del Barça ante el Espanyol.

Rafinha anota el cuarto gol del Barça ante el Espanyol. / periodico

DAVID TORRAS / BARCELONA

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Tendrá que ser en Granada. Pero la Liga podría haberse festejado ayer mismo en el Camp Noudespués de enseñarle la manita al EspanyolEspanyol y dejar mudo al parlanchín Pau López (5-0)Pau López  al que después de hablar más de la cuenta fuera del campo le temblaron las manos. Tendrá que ser el sábado en Granada porque el Madrid sigue ahí detrás, a un punto, por obra y gracia de Fernández Borbalán que, casualidades de la vida, no vio el fuera de juego más claro del año. El gol de Benzema deja con vida a un Madrid Benzema Madrid que ha ido abriéndose camino cuando, hace cuatro días, parecía muerto y enterrado. Siempre hay alguien dispuesto a ayudarle a resucitar, una mano amiga a la hora de pitar o a la hora de sacar las bolas en los sorteos.

A última hora, la Liga ha acabado eligiendo a los dos pretendientes de siempre, y ha dejado en el camino al Atlético. Al cholismo se le acabó el aire justo después de haberse plantado otra vez en la final de Champions, y todo el coraje que le valió para aguantar el torbellino del Bayern y salvar el pellejo, desapareció ante un equipo de Segunda, el Levante. Al minuto de juego, ya ganaba con gol de Torres y en el 90 estaba por los suelos (2-1) tras perder la esperanza que le había mantenido en pie. Cuando le tocó jugar a ganar ni supo ni pudo. Se acabó. Ya no tiene nada que hacer, y ahora le queda esa última pelea con el Madrid en Milán, bajo el recuerdo de Lisboa.

PROTESTA DE BARTOMEU

En el Camp Nou, el recuerdo del tamudazo se desvaneció en un santiamén. A la que Messi plantó la pelota, levantó la vista, puso el ojo en la escuadra y después el balón, justo por encima de la mano de Pau en el preámbulo de la tortura que se le venía encima. Había ganas de pasar cuentas con tanta palabrería y esos deseos de que la Liga viajara a Madrid, al Bernabéu o al Calderón, tanto monta monta tanto con tal que no la ganara el Barça. El equipo actuó en el campo sin compasión. En el palco, fue otra cosa. Bartomeu, molesto por las declaraciones de algún directivo perico en esa misma línea, no acudió en señal de protesta al almuerzo previo. Pero la cita se celebró. Y en el Camp Nou. Todo muy extraño.

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Fue una tarde de otra época, que empezó a las cinco, como el fútbol de toda la vida, y que tuvo un aire de carrusel con todos los partidos en marcha. El derbi fue azulgrana de principio a fin, con un Espanyol al que la motivación solo le sirvió para combatir con faltas, con el visto bueno del árbitro, más presto para correr a sacarle una tarjeta a Messi que para mostrarle unas cuantas a Hernán Pérez. La vista que le faltó a Borbalán en el Bernabéu con Benzema le sobró a Gil Manzano con Rakitic al anularle un gol por fuera de juego inexistente y no señalar un penalti sobre Messi. Pero nada pudo detener al líder, decidido a volver a ganar una Liga que tenía ganada.

UN EQUIPO SALVADO

Messi más que nadie. Y a su lado Suárez, con la Bota de Oro en la mano, para desgracia de Cristiano. Con el Espanyol liquidado, la jornada se vivió a distancia, con la incredulidad de la caída del Atlético y el empuje final de un Valencia que con 10 tuvo al Bernabéu en un puño después de haberse puesto en pie para darle la última ovación a Arbeloa, el símbolo del mourinhismo. Y, por abajo, de drama en drama, con el descenso sobrevolando varios escenarios.

En ese sube y baja de la zona donde se juegan la vida, andaba el Granada, entrando y saliendo. Y el Deportivo. Los dos jueces de esa última jornada. Los dos están fuera de peligro, con la permanencia asegurada (entre Getafe, Rayo y Sporting saldrán los dos que acompañarán la Levante), y por tanto sin nada que perder. Y nada que ganar salvo defender el honor. O quizá algo más. La única esperanza del Madrid pasa por la motivación que pueda tener el Granada. Será una semana larga y es fácil que alguien de Madrid se de una vuelta por la Alhambra.