Robert Fernández y García Pitarch, 30 años de una intensa amistad

Los dos secretarios técnicos jugaron juntos en tres equipos, compartieron piso en Barcelona y se iniciaron juntos en los despachos

García Pitarch y Robert Fernández.

García Pitarch y Robert Fernández.

NACHO HERRERO / VALENCIA

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"Si el Valencia necesita algo del Barça seguro que Robert nos va ayudar". En abril, Suso García Pitarch, que acaba de regresar al Valencia como director deportivo, ya intuía que se iba a pasar el verano colgado del teléfono con su amigo Robert Fernández, que llevaba ya unos meses como secretario técnico del FC Barcelona. Y así fue. Hoy en Mestalla, André Gomes y Alcácer lucirán de blaugranas y Munir y Montoya, de blanquinegros. Cuatro operaciones que pudieron ser más y nadie descarta que lo sean. Halilovic, Samper, Cancelo, Alves, Santi Mina… Los nombres que han interesado o interesan a uno se acumulan.

Todo es más fácil si los que tiene que hablar son amigos desde hace más de 30 años, como es el caso de Robert y Suso, que han compartido tres vestuarios, dos despachos y un piso. Pero estas operaciones ponen a prueba su relación porque cada uno defiende intereses contrarios, hay información que no interesa que sepa el otro y no solo juegan ellos. Están sus presidentes y está Jorge Mendes, que además de representar a Gomes ejerce de consejero de Peter Lim, el dueño del Valencia. Un nuevo reto para dos chicos que se conocieron con 20 años y pasan ya de los 50.

Juntos en la sub-21

La primera vez que compartieron vestuario fue en el Valencia de la temporada 1983-84, una época en la que Robert vivía en casa de su tía y en la que los jugadores compartían coche para ir a Paterna para ahorrar gasolina. El precoz Robert, formado en la cantera del Villarreal y curtido por la mili, llevaba un par de campañas ganando solidez en el centro del campo del primer equipo y esa temporada el escurridizo García Pitarch subió al primer equipo. Juntos se fueron en esa época a Polonia a jugar con la sub-21 de Luis Suárez.

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Tras un par de años, el extremo zurdo se mudó a Barcelona para fichar por el Espanyol y allí recibió a su amigo Robert en el verano de 1986, cuando el descenso del Valencia propició su polémico traspaso al Barça de Terry Venables. Cien millones de pesetas como salvavidas para una entidad cuya economía se iba a pique. Suso lo recibió y lo acogió, porque el de Betxí se alojó en su piso un tiempo hasta que encontró casa.

Pero no fue el único, también la familia del hoy secretario técnico del Barça pasó por ese piso, incluida su madre. Allí ambos reforzaron lazos en una etapa dura para García Pitarch, que no pudo jugar en toda la temporada por una enfermedad renal.

Sus caminos se separaron en el verano de 1987 pero se volvieron a cruzar antes de que ambos colgaran las botas. Fue casi una década después en un Villarreal, el de la campaña 1995-96, que soñaba con el ascenso y sufrió para mantenerse.

Nolito, Robinho, Neymar...

La relación se trasladó del vestuario a los despachos, aunque ahora García Pitarch pasó a ser el ‘jefe’ de Robert. Como director de la escuela del Valencia le puso primero al frente del filial en el 2004 y luego se lo llevó a su secretaría técnica. Se fiaba de su ojo. Por eso fichó a Nolito y lo intentó con Robinho, y por eso se lo llevó también al Atlético de Madrid y fueron juntos a Brasil a tratar de firmar a Neymar Jr. En total, otros siete años juntos.

Ahora su relación profesional ha vuelto a cambiar. Es Robert el que tiene el mando, el dinero, y García Pitarch el que debe estar atento a los movimientos de su amigo. A los nombres que apunta cuando va a Mestalla, una plaza complicada, un máster, dice él, para muchos jóvenes. Si lo aprueban, es que ya están preparados para dar el salto. Y entonces el ciclista Robert volverá a coger el teléfono. ‘Oye, Suso…’.