Fiesta y elogios

Ramalho y el 3-7-0

Felices 8 Adriano, Cesc, Piqué, Sergio Busquets y Xavi, dando la vuelta de honor al estadio de Yokohama.

Felices 8 Adriano, Cesc, Piqué, Sergio Busquets y Xavi, dando la vuelta de honor al estadio de Yokohama.

JOAN DOMÈNECH
YOKOHAMA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En el vestuario del Barça cantaban y bailaban, haciéndose fotos, posando para Villa -«Mucha fuerza Guaje», se leía, por ejemplo, en las camisetas de Thiago y Fontàs, dos jóvenes que conocen ya la gloria-, mientras Muricy Ramalho, un respetadísimo técnico de Brasil, un viejo zorro que presumía de ganar los grandes partidos, se sentaba ante el tribunal periodístico. Sabía la sentencia que le esperaba. Había sido designado culpable por modificar el esquema del Santos para hacerlo más defensivo. Pero antes, Ramalho dio otra lección.

«Creo que la gente ya conocía la calidad del Barcelona», comenzó diciendo el técnico en su alegato de defensa.«Ellos perdieron a Alexis y Villa», dijo en referencia a las ausencias de dos delanteros«y pusieron un jugador más en el centro del campo». A partir de aquí, el alegato de Ramalho se transformó en una lección táctica. «Jugaron un 3-7-0, un sistema que sería absurdo en Brasil», afirmó luego el entrenador del Santos, olvidándose hasta de Valdés. Tres defensas (Puyol, Piqué y Abidal) y siete jugadores (Busquets, Xavi, Iniesta, Cesc, Messi, Thiago y Alves) que no viven en el área sino que llegan en oleadas, provocando tempestades incontrolables. «Si usted hace eso en Brasil, hasta la policía vendría a buscarle», añadió.

A Guardiola, en cambio, no le fue a buscar la policía porque ha sublimado el 3-4-3 de Cruyff de tal manera que lo ha hecho radicalmente distinto.«Aprendimos muchas cosas. Creo que ustedes también aprenderán», dijo mirando fijamente a los periodistas ,instándoles también a sumergirse en una revolución cultural. Brasil hace años que perdió su esencia y el Barça hace tres años que se ha convertido en el faro del fútbol mundial.«El Barcelona demostró que es posible jugar bien y hacer goles sin ningún delantero. Quien sabe si a partir de ahora, eso se comienza a aceptar en Brasil», dijo.

Una T para Tito

Mientras Planchart, Torrent, Roura, los hombres que analizan al rival, posaban sobre el césped de Yokohama con Altimira, uno de los preparadores físicos, y Cos, el especialista de la recuperación, en homenaje a Tito, Ramalho proseguía con su alocución. «Ese dominio que tiene el Barça es difícil de parar, podíamos haber colocado más gente en el centro del campo, pero...», Ni así el Santos habría sabido desactivar al equipo de Guardiola.«Su estilo es una lección para nosotros, un aprendizaje. Solo dan como mucho dos toques a la pelota», comentó Edu Dracena, el defensa y capitán del Santos.

«Una cosa es ver al Barcelona desde fuera y otra intentar pararlo. En la práctica, todo resulta mucho más difícil. Uno intenta marcar a esos jugadores, pero muchas veces no consigues ni llegar a ellos», confesó Edu Dracena, asombrado porque vio al Barça de Guardiola. Siempre lo podrá contar.