Qatar vuela de la camiseta del Barça

Cuando la directiva de Sandro Rosell impuso sibilinamente la publicidad de Qatar, efectiva a partir del 1 de julio del 2011, desplazó las letras de Unicef a la parte trasera de la camiseta y, por contraste, emergió un interés alto por conocer el lado oscuro del emirato. "La monarquía absolutista pero tolerante", según la descripción amable de la época, trataba de abrirse paso en el mundo occidental con la tuneladora del dinero del petróleo y el gas natural licuado. El Barça de Rosell le ayudó en el cometido, rompiendo 111 años de virginidad publicitaria. Que estuvieran limitados los derechos de los trabajadores extranjeros, de los homosexuales y de las mujeres y, por tanto, colisionara todo ello con los valores que se le suponían a la institución azulgrana quedaron sepultados por la necesidad urgente de liquidez, según la consigna que se propagó entonces.

Seis años y unos 200 millones de euros después, la imagen de Qatar en la zamarra ya es historia. Las leyendas del club -los <strong>Ronaldinho</strong>, <strong>Rivaldo </strong>y <strong>Kluivert</strong>– fueron ayer sus últimos altavoces. Bienvenido Rakuten. En unos días, la fachada del Camp Nou se desprenderá del nombre del emirato, que fue más ubicuo de lo anunciado inicialmente. Han sido cinco años, más otro de prórroga, de una asociación que ha inquietado a una parte numerosa del barcelonismo. 

RESPUESTA BELIGERANTE

El divorcio se produce en el momento en que Qatar sufre un boicot del tenebroso reino de Arabia Saudí que le ha victimizado a ojos occidentales. Pero a ojos barcelonistas el foco se sitúa en la naturaleza de la relación que Sandro Rosell, desde hace más de un mes en prisión, mantenía con el emirato. El <strong>informe García</strong>, con el que la FIFA ha pretendido disipar las sospechas de corrupción en la designación del Mundial-2022, señala al expresidente como un activo nuclear del comité organizador qatarí. "De conducta potencialmente problemática", se precisa. Cobró mucho dinero. Hizo transacciones y emprendió gestiones, algunas cuando ya era presidente del Barça, que se pretendieron ocultar. Y de la misma forma que en su día el entorno directo de Rosell ensalzó sus conexiones con el emir para obtener un contrato lucrativo, siempre se sospechó de que no se abrió la subasta a otros postores.

Cuando el año pasado Josep Maria Bartomeu llevó a la asamblea la prórroga de un año con Qatar para darse tiempo a encontrar un patrocinador alternativo, muchos compromisarios verbalizaron una incomodidad con la alianza. Lo hicieron de una forma más beligerante que en el 2011. "Tomo nota", dijo entonces el presidente azulgrana. Rakuten, potencia en el comercio online, es la nueva imagen frontal del equipo. Entretanto, las negociaciones con Qatar Airways para convertirse en la aerolínea oficial siguen su curso. Pero de la camiseta su nombre ya ha volado. Al fin, dirán muchos socios.