La situación azulgrana

Neymar no es tan confidencial

Rosell abraza a Neymar tras ser presentado el pasado 3 de junio del 2013.

Rosell abraza a Neymar tras ser presentado el pasado 3 de junio del 2013.

DAVID TORRAS / Barcelona

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Varios de los contratos  relacionados con el fichaje de Neymar no tienen cláusula de confidencialidad, en contra del argumento utilizado por la directiva del Barça para negarse a detallar las diferentes partidas de la operación. De hecho, el último contrato correspondiente a lo que se podría considerar una prima de fichaje de 40 millones que recibió una empresa de la familia del jugador y que originó la querella del socio Jordi Cases, pendiente de ser admitida a trámite por el juez, tampoco incluye ningún tipo de cláusula que obligue a silenciarlo.

La confidencialidad exigida por la otras partes implicadas en la negociación del fichaje de Neymar es un escudo que el Barça ha utilizado desde el mismo día de la presentación oficial del jugador. Siempre se ha dejado en el aire quién o quiénes eran los que exigían esa discreción. Inicialmente se achacó al Santos, aunque tras explicarse las primeras cifras oficiales, el club brasileño ya levantó la voz al considerar que había recibido menos porcentaje del que le correspondía. La situación se ha repetido ahora ante la aparición de otros contratos.

BAILE DE CIFRAS / Pero la confidencialidad afectaba sobre todo a los acuerdos suscritos con el jugador y su padre a través de diferentes empresas. Esta ha sido la justificación que ha utilizado repetidamente el club y que Sandro Rosell reiteró el lunes para declinar valorar la información de El Mundo y el baile de cifras que va desde los 57,1 millones oficiales a los 95,1. Y con ello las preguntas que se le hicieron sobre el tema.

El presidente, en cambio, pidió al juez del caso, Pablo Ruz, que le cite a declarar cuanto antes porque así podrá saltarse la cláusula de confidencialidad y dar todas las explicaciones. «Le diré que no hay nada que tapar, que todo es absolutamente legal, impecable», aseguró. En el fondo, no necesitaría comparecer ante el juez para saltarse esa cláusula porque en el contrato que ha originado la demanda no figura.

Sí que figuraba en el primer documento con Neymar, que se remonta a noviembre del 2011 y en el que se pactaba su llegada al Barça en el 2014 como agente libre. Pero no en el último y definitivo donde se rehicieron los términos del acuerdo pero se mantuvo el pago de los 40 millones. Este es el foco de la polémica y el núcleo de la demanda. El Barça, a través de su abogado Josep Ribes, lo considera una indemnización y así figura en el contrato, mientras que el abogado del demandante, Felipe Izquierdo, lo interpreta como una prima de fichaje. Este punto puede acabar complicándose si se admite a trámite en el aspecto fiscal. Si se interpreta como una indemnización a Neymar, este tributaría en Brasil, pero si el juez entiende que es una prima de fichaje originaría unos impuestos de los que el Barça podría tener que hacerse cargo.

NI EN LA PRIMA ADICIONAL / La cláusula de confidencialidad, que acostumbra a incluirse al final del redactado del contrato, tampoco figura en el correspondiente a la prima adicional de 10 millones al padre del futbolista del que hasta ahora no se tenía conocimiento, ni en el del convenio de la fundación de 2,5 millones para ayudas a niños de las favelas. Sí aparece en los contratos más personales de Neymar, como ocurre con casi todos los futbolistas. Es decir, en el federativo y en el de imagen donde se especifica la ficha que cobra y se detallan las variables por objetivos, entre los que además de títulos se incluye ganar el Balón de Oro.

De todos modos, el club garantiza que le pagará 54 millones de euros al término de estos primeros cinco años, aunque no se cumplan estos incentivos. En todos estos contratos se especifica que se puede romper la confidencialidad de mutuo acuerdo si se considera necesario explicarlo a los medios.

Curiosamente, los dos últimos contratos firmados con el padre de Neymar sí están protegidos mientras que el de la comisión del 5% como agente no lo está. Se trata del que hace referencia a la labor de scouting para captar promesas del Santos (2 millones de euros) y el de sponsoring para buscar patrocinadores brasileños para el Barça (4 millones). En este último, el responsable de pedir la confidencialidad no es Neymar senior sino el propio Barça.

La demanda está ahora pendiente de la decisión del juez Pablo Ruz.  Al margen de la petición de Rosell de que le cite a declarar, la sensación en medios jurídicos es que ya pensaba admitirla a trámite. La aparición de nuevos contratos ha superado la motivación inicial de Jordi Cases, vinculada exclusivamente a los 40 millones de prima y a lo que considera una «apropiación indebida en modalidad de distracción del dinero». Pase lo que pase, si se deriva alguna responsabilidad de esta operación, no tiene intención de pedir la responsabilidad civil al Barça sino a las personas físicas que han participado en el caso.