Munir, el cuarto delantero

Munir, en la concentración del Barça en Saint George's Park.

Munir, en la concentración del Barça en Saint George's Park. / periodico

JOAN DOMÈNECH

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El cuarto delantero del Barça se llama Munir El Haddadi. Lo fue la pasada campaña. Es el tercero mientras no regrese Neymar de los Juegos Olímpicos de Río –y no regresará hasta septiembre- y será el quinto en cuanto el Barça encuentre al “delantero puro, con facilidad para el gol aunque no tenga tanto desborde”, según el retrato robot que efectuó la pasada semana Luis Enrique de la pieza tan deseada, tan necesaria para prevenir los males futuros que pudieran afectar al tridente.

El Barça sabe lo que quiere, pero las dificultades, de todo tipo, impiden que venga al Camp Nou ese futbolista codiciado. Empezando por las restricciones económicas: de no ser así, el cuarto atacante, el quinto en la nómina, respetando la antigüedad de Munir, habría sido el primero en ser fichado. Otro condicionante son las perspectivas futbolísticas: el panorama es negro con el tridente por delante.

DE CABEZA LA PRIMERA VEZ

"Si yo fuera delantero de otro equipo y me quisiera el Barça, vendría de cabeza", asegura el joven futbolista hispanomarroquí, nacido en San Lorenzo del Escorial el 1 de septiembre de 1995. Ya lo hizo cuando era cadete poco después de cumplir los 16 años. Pese a las ofertas que recibió de todos los clubs de Madrid (excepto el Atlético), vino de cabeza al Barça y entró en La Masia para jugar en el juvenil B. Una espectacular vaselina al Benfica en la final de la Youth League (la Champions juvenil) le lanzó al estrellato. 

"Me siento valorado desde que subí, sigo aprendiendo y mejorando", dice Munir, cuyo reto es superar los partidos (26) jugados la pasada campaña

Ahora volvería a venir de cabeza aun sabiendo el panorama que se encontraría. El que lleva sufriendo las dos temporadas que acumula en el primer equipo. Apenas ha sumado 52 partidos.

42 PARTIDOS, 9 GOLES

En su primera campaña (2014-15), Munir jugó 10 de los primeros 11 encuentros, sin completar ninguno, sustituido siempre por Sandro, mientras duró la sanción a Luis Suárez. Marcó un gol en la primera jornada ante el Elche y ahí acabó su producción. Cerró el ejercicio con un total de 16 apariciones. Jugando el triple de partidos (50), Pedro se hartó de ser el cuarto delantero que comía las migajas del tridente y se marchó al Chelsea.

Sin Pedro y sin la oposición de Sandro, lesionado en los últimos meses, Munir arañó 26 partidos la pasada campaña, entre la rotura de ligamentos de Messi, las paperas y el aductor dañado de Neymar y los tres partidos de sanción que acumuló Suárez. Tres goles en la Liga y cinco en la Copa celebró.

DE MÍNIMAS A INSIGNIFICANTES

De momento, su estancia en el Camp Nou resulta contradictoria a nivel estadístico: ha recopilado ya siete títulos a su edad, pero Luis Enrique le reserva un papel irrelevante y sus oportunidades de jugar son mínimas. Pasarían a ser insignificantes si llega otro competidor. El reto personal que se traza Munir es superar el número de partidos y minutos que acumuló la pasada campaña.

Munir no contempla abandonar el Barça ante la llegada de un competidor. "Quien venga será bienvenido porque seguro que aportará mucho y nos ayudará", dice, aunque vaya en contra de sus intereses. Si el nuevo compañero responde al perfil de "delantero con gol aunque no tenga tanto desborde", solo ejercerá de 'nueve'; Munir en cambio, tendrá la ventaja de que puede ocupar las tres posiciones de ataque.

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Pese a la obsesión por incorporar al llamado cuarto delantero -el quinto, con perdón- él no se plantea marcharse del Barça. ¿Y si se lo pide el club? "Entonces, sí", responde. Entonces tendría la evidencia de que no cuentan con él. Aunque la pasada semana renovara el contrato hasta el 2019 y elevaran su cláusula hasta los 60 millones. Una señal teóricamente inequívoca de la confianza que han depositado en su condiciones futuras.

Nadie descarta la posibilidad de una cesión y pueda disfrutar en otro club de los minutos que se le niegan en el Camp Nou. De momento, con Neymar ausente todo el mes de agosto por los juegos, sin el fichaje anunciado, quiere exprimir sus opciones de jugar, contento de formar parte de un equipo campeón. "Me siento valorado desde que subí, sigo aprendiendo y mejorando", asegura.