Messi, un repertorio sin límites

La estrella argentina asombra en el Calderón con un golazo espectacular y añadiendo a cada partido registros nuevos a su mágico juego

Messi, en el Atlético-Barça de la Copa en el Calderón.

Messi, en el Atlético-Barça de la Copa en el Calderón. / periodico

MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

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A cada partido que pasa, Leo Messi es mucho mejor jugador. Mejor, aún. Parece casi mentira, pero en su permanente reinvención como futbolista, camino como va de los 30 años, la estrella argentina va añadiendo registros nuevos a un fútbol mágico. Más allá de su descomunal gol al Atlético de Madrid («pareció una bomba», exclamó asombrado Simeone, el técnico rojiblanco), Messi dejó en el Calderón nuevos detalles de su «repertorio», como así lo definió Luis Enrique, táctico.

Nuevos y hasta ahora desconocidos detalles de un repertorio sin límites porque su influencia en el Barça no para de aumentar. Lleva ya 30 goles en los 29 partidos que ha disputado esta temporada (15 en la Liga, 10 en la Champions, cuatro en la Copa y uno en la Supercopa), pero hace tiempo que dejó de ser un maravilloso goleador. Ni siquiera haber desaparecido de su posición de falso nueve, donde explotó con Guardiola, le ha enemistado con el gol.

"Cuando Messi te la clava en la escuadra se te queda cara de tonto" (Gabi, capitán del Atlético)

Con la llegada de SuárezMessi era un falso extremo derecho. Ahora, en cambio, ejerce todos los roles en un mismo partido. Por encima del soberbio tanto en el Calderón, realizado en el balcón del área y con seis jugadores del Atlético de Madrid observando aterrorizados la escena ("cuando te la clava en la escuadra se te queda cara de tonto", confesó Gabi, el capitán rojiblanco), Messi radicalizó todavía más su función de centrocampista..

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No solo sucedió en Madrid sino que es algo que se había detectado en los últimos partidos, especialmente desde Ipurúa cuando caía lesionado BusquetsBusquets. La ausencia del medio centro se unió a la de Iniesta, ambos a punto de abandonar ya la enfermería.

ORIGEN Y FIN DEL JUEGO

Al no tener socios en el centro del campo, la estrella ha retrasado su posición asumiendo funciones que le pertenecían a Busi y al capitán. Messi, más que nunca, se ha convertido en origen y fin del fútbol azulgrana. Baja a recibir prácticamente de los centrales o de Mascherano, el mediocentro que brilló en el CalderónMascherano, conecta luego con Suárez y activa a Neymar, principalmente con ese pase curvado y bombeado, que vuela desde la derecha a la izquierda. Todos los rivales conocen de memoria esa acción de Messi, pero siguen sin hallar aún el antídoto para desactivarla.

En cada actuación, deja rasgos que no se le conocían anteriormente. Y, sobre todo, "en los partidos grandes, en los especiales", como recordó el propio Luis Enrique. En ese hábitat es donde más cómodo vive Messi. No solo "ayuda" en la salida del balón sino que, al mismo tiempo, remata como de costumbre, aumentando su eficacia desde fuera del área. Ocho de los 30 goles que ha logrado esta temporada son disparos lejanos, incluyendo nuevas maneras de lanzar faltas (a la escuadra baja de Gorka).

FALTAS Y PENALTIS DISTINTOS

Además, ya no tira los penaltis como solía. Ha abandonado, por ejemplo, su tradicional rincón de seguridad: disparo seco y fuerte, a media altura y a la izquierda del portero. Ha cambiado incluso ahí. Varía tanto Leo que esta temporada ha lanzado tres de sus cuatro penaltis a ras de césped.

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Además, Messi ha incorporado un registro defensivo que no solía usar. Robó cinco balones en el Calderón, además de interceptar otro, siendo el tercer jugador del Barça más destacado en esa faceta, tan solo superado por dos defensas: Umtiti (11), y Jordi Alba (9). "Hay pocos calificativos nuevos para elogiar a Leo y la interpretación del juego que hace en cada partido", confesó Luis Enrique, a quien también se le acaba el diccionario para definir el fútbol de Messi. No es fácil para el técnico. Ni para nadie. En cada partido, se ve una versión nueva (y mejorada).