Vuelta al negro

Lo del vestuario de Messi en la entrega del Balón de Oro era, hasta ahora, como lo del traje de la Pedroche en la gala de Nochevieja: no dejaba indiferente a nadie. Pero esta vez ha regresado la sobriedad a la ceremonia: un esmóquin básico de Armani con un solo botón, camisa blanca y pajarita. Elegante y sobrio, y con el pelo ni largo ni corto. Después de años de jugar al atrevimiento de la mano de unos pícaros como Dolce&Gabbana volvemos a la apuesta segura (y un tanto anodina, digámoslo ya). Tanto meme y tanto comentario en las redes sociales a propósito de su colorida indumentaria en la gala del Balón de Oro han hecho mella. Esta vez Messi ya dio pistas: durante la entrega de los Globe Soccer en Dubai, el último acto de relumbrón antes del Balón de Oro, dejó de lado el logo D&G para enfundarse un traje de otro viejo conocido: el veterano Giorgio Armani. Un Armani que se ha encargado de vestir, como es de costumbre, también a algunos de los actores que acudieron el domingo en Los Ángeles a la gala de los Globos de Oro, la primera alfombra roja del año.

Tras varios años de fidelidad a Stefano Dolce & Domenico Gabbana –hizo campaña de imagen con ellos, no lo olvidemos, y hasta posó en calzoncillos para la marca italiana– Messi ha cerrado un círculo en el Park Hyatt Hotel de Zúrich. En sus primera puesta de oro, Leo fue de lo más sobrio. En el 2009, cuando logró el primer Balón de Oro, Messi vistió de negro, con corbata oscura y camisa blanca. Pero el estilismo subió de tono después. En el 2010, el traje tenía más brillo y la pajarita sustituyó a la corbata. En el 2013 y por contrato Messi pareció ante el mundo con un traje negro con pequeños lunares blancos. El 2014 se encargó él mismo de adelantar en las redes sociales cuál sería su indumentaria: un llamativo traje color rojo burdeos del que se dijo de todo, incluso que parecía un repartidor de pizza. Y el año pasado el jugador (y los estilistas) eligieron un traje de seda morado a juego con la pajarita, combinados con una camisa negra, una mezcla que desató de nuevo comentarios más críticos que favorables.

Antonella Rocuzzo, la primera dama de la gala, lució un vestido largo escotado, plateado y con lentejuelas, de Rosa Clará, la misma diseñadora del que lució Juana Sanz, la pareja de Alves, un especacular vestido largo de pedrería en blanco y negro.