Un éxito de los equipos formativos

La Masia sí la toca

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JOAN CARLES ARMENGOL
BARCELONA

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Los niños sí saben ganar. La denostada -por algunos estamentos oficiales del fútbol- cantera azulgrana se reivindicó ayer con un éxito incontestable en la Champions juvenil.  La UEFA Youth League (ese es el nombre oficial) llevará siempre ligado en el palmarés al FC Barcelona, que se impuso en su primera edición en una trabajada final al Benfica de Portugal por 0-3 en las mismas narices de la sede de la UEFA en Nyón (Suiza). La hermana mayor del organismo europeo, la FIFA, tiene al Barça bajo sospecha y con prohibición de fichar durante un año por no cumplir una de sus normativas respecto al fichaje y formación de jugadores menores de 18 años. La Masia no se toca, bramó una pancarta en el Camp Nou hace 10 días, como reivindicación del trabajo bien hecho y del trato exquisito a los jugadores menores en la academia de fútbol base del Barça en Sant Joan Despí, uno de los genes básicos del ADN azulgrana.

Como un acto más de reivindicación, pero esta vez sobre el césped, el equipo juvenil completó ayer un partido muy práctico ante el Benfica para llevarse la corona continental. La Masia sí la toca, quisieron decir esos jugadores de entre 17 y 19 años, formados íntegramente en el fútbol base barcelonista, en cada uno de sus goles, que resonaron como tres campanadas en Nyón. Muchos de esos jugadores, de haber aplicado la FIFA a rajatabla su discutible normativa desde el año 2009, no podrían haber llegado adonde los hicieron ayer, a la cima de Europa.

ANTE BARTOMEU / Bajo la atenta mirada del presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu -que viajó a Suiza tras animar por la mañana al primer equipo en su penúltimo entrenamiento antes de la final de Copa ante el Real Madrid-, los jóvenes jugadores azulgranas no siguieron el ejemplo de sus mayores y salieron a sentenciar desde el primer momento. Munir, madrileño de origen marroquí y con nacionalidad española, abrió en canal la banda derecha de la defensa benfiquista y chutó para que el central Rodrigo Tarín remachara el 0-1 (m. 9).

La suerte que no acompañó al primer equipo en la Liga en Granada sí lo hizo con los juveniles. Romário Baldé estrelló un penalti favorable al Benfica en el larguero (m. 13) y dio vida a un Barça que gozó de menos ocasiones que su rival, pero que supo aprovecharlas mejor. El Benfica, verdugo del Madrid en semifinales (4-0) -el Barça eliminó el sábado al Schalke por 1-0, gol de Munir, precisamente- insistió en su ofensiva, pero los tantos llegaron en su propia portería. Munir, el mejor del partido y del torneo, anotó por partida doble: en el minuto 33, al empujarla tras una gran jugada personal de Adama Traoré, otro de los que juegan habitualmente ya en el Barça B; y en el minuto 88, con un estratosférico disparo desde campo propio.

El modelo funciona. Sin los también juveniles Samper, Grimaldo, Sandro, Bagnack y Dongou, afincados en el B, el Barça se coronó en la UEFA. La FIFA debe tomar nota. La Masia sí la toca.