La Masia sudamericana

El Barça puja por las mejores perlas sub-20 del fútbol sudamericano. Desde hace tres años, la dirección deportiva ha desposeído a La Masia del monopolio de proveer con jóvenes talentos al filial. Y, siguiendo la tendencia de clubs italianos e ingleses, el fútbol formativo azulgrana está lanzando sus redes en Sudamérica, con su secretario técnico, Pep Segura, a la cabeza, secundado por el responsable del área de 'socutings', Pep Boada.

El perfil está perfectamente definido. Son futbolistas internacionales en su categoría y mayores de edad (una de las consecuencias de la sanción de la FIFA). Sin embargo, el proceso de observación se inicia en los Sudamericanos Sub-15, como ocurrió, por ejemplo, con Vinicius Jr., del Flamengo, actualmente con 16 años, y que llama la atención por su precocidad. 

A NUTRIR EL BARÇA B

Aunque su destino, en principio, es nutrir el Barça B, no se descartan nombres que ya hayan debutado profesionalmente y que disputen torneos continentales, como la Libertadores o la Sudamericana. En el horizonte, está siempre el Camp Nou.

La última incorporación es el central uruguayo, Santiago Bueno, de 18 años. Ha aterrizado este jueves en Barcelona procedente de la base del Peñarol, una vez finalizado el Sudamericano Sub-20 en Ecuador, donde ha sido campeón. Con un valor inicial de traspaso de 1,5 millones de euros y ficha del juvenil, no está descartado que se incorpore ya a las órdenes de Gerard López, donde está Marlon Santos.

El zaguero brasileño llegó cedido a principio de temporada, fruto de un acuerdo firmado en mayo del 2015 con el Fluminense. Entonces, el Barça avanzó 4 millones de euros por tener los derechos preferenciales sobre tres internacionales canarinhos sub-20: 400.000 euros por el delantero Kenedy, que acabaría en el Chelsea; 400.000 más por el propio Marlon; y 3,2 millones por el gran objetivo, el centrocampista zurdo Gerson, que se fue a la Roma por 15 millones de euros que el Barcelona no quiso cubrir.

LA COMPRA DE MARLON

En diciembre, el Barça compró a Marlon. El Fluminense, donde llegó a disputar 70 partidos, y el jugador lo han confirmado. El Barça no lo hará oficial hasta final de temporada. Muy probablemente los 6 millones de euros de su fichaje se computarán en el ejercicio 2017/18.

Fruto de la relación con el Fluminense, llegó, en enero del 2016, la cesión de Robert Gonçalves, una apuesta controvertida que aún hoy nadie apadrina en los despachos de la Ciutat Esportiva. El delantero, que en el 2015 protagonizó un accidente de tráfico en el norte de Río de Janeiro huyendo de la policía durante el Carnaval, llegó gordo y fuera de forma. Abandonó el club en mayo sin haberse estrenado en la Segunda División B.

EL CASO DE YERRY MINA

El hecho que el filial transite por la tercera categoría del fútbol español ha frenado dos incorporaciones. El central colombiano, Davinson Sánchez, de 20 años, que ganó la Libertadores en el 2016 con el Atlético Nacional, no quiso dar un paso atrás. En verano, recaló en el Ajax, por 4,6 millones de euros. La secretaría técnica, sin embargo, no le ha perdido la pista y sigue muy de cerca su evolución en la Eredivisie pensando en el primer equipo.

Con su compatriota Yerry Mina, que había ganado la Copa Sudamerica 2015 con el Independiente Santa Fe, se repitió la misma situación. En esta ocasión, la solución encontrada fue empujarlo al Palmeiras, con quien firmó por cinco años en mayo del 2016, y cerrar una opción de compra de 9 millones de euros. En seis meses, ganó el Brasileirao, donde fue elegido el mejor en su posición, y José Pékerman le dio la titularidad en la absoluta. En su caso, o recalará directamente en el Camp Nou, o fichará por otro club europeo.