LA SITUACIÓN AZULGRANA

La magia de los números

Los peritos no logran descifrar si el Barça ha resuelto, y cómo, el caso Sogecable

JOAN DOMÈNECH
BARCELONA

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A veces dos más dos suman cinco. Y a veces, dos menos dos da uno. Está comprobado. Incluso para personas versadas en números, licenciados en Económicas, Empresariales, auditores, peritos... El caso es que ellos saben explicar  por qué una suma no ofrece el resultado esperado o por qué el producto de una resta arroja una cifra irreal.

«En la contabilidad no hay magia, los números salen», llegó a decir Diego Prior, catedrático, medio desesperado, cinco horas y media después de entrar en la sala donde se celebra el juicio de la acción de responsabilidad social, cuando trataba de encontrar una explicación a la pregunta del juez, tan cansado como él. «¿Usted me puede decir qué cantidad de los 37,8 millones de la provisión se aplicó al destino al que se hizo?», preguntó por quinta vez Martínez Borrego, el magistrado que juzgará el caso después de alargar la sesión con una segunda comparecencia de Prior y Marga Crous, cuyas opiniones eran opuestas. El caso Sogecable es la salvedad más polémica de cuantas se discuten, y nadie sabe dar una explicación si el Barça pagó -y cuánto- o cobró -y cuánto-. Así son los números.

Salvedades discutibles

Así son cuando un auditor verifica unas cuentas con 11,1 millones de beneficio y otro, o el mismo, las reformula y le salen 79,1 millones de pérdidas. La magia de los números. «Entiendo que con la reformulación hubo un exceso de celo», razonó el perito Pere Angerri, cuando un abogado de los demandados buscaba la respuesta que halló: las cuentas de Rosell buscaron «la versión más pesimista» del auditor. «Lo que intentamos es cubrirnos», corroboró Angerri, como si lanzara piedras sobre su propio tejado.

No era así. Su testimonio venía de parte de la defensa, de los 16 directivos que estaban al lado de Laporta al final del mandato. «Los auditores no siempre tienen razón y pueden discutirse», abundó en otro pasaje. En su opinión, apuntada horas antes por otros dos peritos del mismo equipo, Ramon Safont y Jacint Soler Padró, «las cuentas de Laporta reflejaban mejor la imagen del club que las de Rosell». Seguramente desde un aspecto: el Barça no está en quiebra técnica ni vale los 47 millones que se reclama a los exgestores, porque el club tiene activos no contabilizados en los balances, como el valor de la marca y los jugadores de la cantera.

Los chicos que fracasaron

«No hace falta ser un experto para ver que en el 2003 el Barça estaba saliendo de una de las peores eras deportivas», dijo Angerri para rebatir la tesis de Rosell del martes pasado, cuando comparó aquella situación con la del 2010. «Gaspart tenía que haber dicho: os dejo 100 millones en pérdidas más 63 de estos chicos que han fracasado estrepitosamente». El perito mantenía la tesis de que aquella deuda debió ser imputada a Gaspart. Sin embargo, creía acertada la devaluación de la plantilla. Como la de Thierry Henry. Una opinión contraria a la de los dos peritos precedentes, a quienes les parecía insólito que su valor fuera negativo.

«¿Qué club del mundo contabiliza el deterioro de un jugador? Sólo el Barcelona. No existe ningún equipo en el mundo que sea tan inocente», clamó Safont. «Si Cristiano Ronaldo se lesiona, no se deteriora o vale menos, ni tampoco si Luis Enrique hace jugar menos a Neymar», argumentó, cuando precisamente la suplencia de un futbolista es uno de los motivos que reduce su valor. Como la edad. Algo más comprensible que el misterio del caso Sogecable.