Los 500 goles de Messi

El astro del Barça se sitúa entre los mejores artilleros de la historia con tan solo 29 años y 577 partidos jugados

Messi corre eufórico tras anotar el 2-3 definitivo en el Bernabéu este domingo.

Messi corre eufórico tras anotar el 2-3 definitivo en el Bernabéu este domingo. / periodico

JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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Viajó al Bernabéu con la intención, expresada ayer, de ayudar a "seguir luchando por la Liga". Regresó con la victoria, gracias a su decisiva intervención y con la cifra redonda de los 500 goles con el Barça. Una efemérides simbólica y de celebración breve, natural por su parte, apenas un comentario en la página de Facebook.

Un punto y seguido porque la cifra alcanzará mayores cotas ante la larga carrera que tiene por delante. Lionel Andrés Messi, que cumplirá 30 años el próximo 24 de junio. Y al siguiente (30 de junio del 2018) acabará su contrato todavía no renovado, lo que viene a ser un quiste en la junta de Josep Maria Bartomeu.

No había mejor semana que la pasada para alcanzar la redonda cifra de los 500 goles. Ante la Juventus para perpetrar otra remontada europea, y frente al Madrid para revivir en la Liga. Falló el primer día, pese a rematar más veces a Gianluigi Buffon (siete) que a Keylor Navas (seis) pero se coronó en el segundo, ante el eterno rival y en su estadio. En feudo ajeno. Allí donde se ven a los valientes, saltando para esquivar los cuchillos.

EL CLUB DE LOS 500

Los 500 goles con el Barça incrustan a Messi en la élite de otra clasificación; en la de los diez goleadores más prolíficos de todos los tiempos. Aquellos que fueron capaces de anotar más de medio millar en toda su carrera. El astro argentino ya está entre ellos. Además, se ha introducido en la categoría de los futbolistas que anotaron 500 goles en un solo club.

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La lidera Pelé (643 goles para el Santos), pero los demás están a tiro: el segundo es Gerd Müller (566 goles en beneficio del Bayern) y a quien arrebató en su día el récord de goles  en un año natural. El más cercano es Uwe Seeler (507 goles con el Hamburgo).

"Queda aún mucho camino", escribió en Facebook, aludiendo a las cinco jornadas de Liga que restan, pero también al camino que tiene por delante.

LA MITAD DE LAS FALTAS

Vapuleado como pocas veces en el Bernabéu pese a la aliviadora ausencia de Pepe, Messi fue la diana movible del Madrid. La preferida de los francotiradores que protegían a Navas. El 10 del Barça sufrió 6 de las 13 faltas cometidas por los blancos. Sin contar el codazo de Marcelo que le hizo sangrar y que no fue sancionado por el árbitro.

Todas fueron en la franja ecuatorial del campo, entre la demarcación de Busquets y la de Rakitic. Casemiro, Ramos, Kovacic... pudieron frenarle lejos del área. En ella no se atrevieron. Carvajal lo intentó, pero el regate de Messi con la derecha en el 1-1 le hizo dar una patada al aire. Ni Carvajal ni nadie detectó la subrepticia aparición en el 2-3 hasta que el tiro parabólico besó la red.

UN ESTRATOSFÉRICO PROMEDIO

Doce años menos una semana (desde el 1 de mayo del 2005 al 23 de abril del 2017) ha tardado Messi en cumplir 500 goles. De todas las facturas, de todos los colores, en todas las competiciones posibles. Más representativo que el tiempo es el número de partidos jugados para lograrlo: 577. Solo 577. Un estratosférico promedio de 0,86 goles por partido que amenaza con seguir aumentando. Para sumar los primeros cien, empleó 188 partidos; para los últimos cien, ha necesitado solo 106.

"Yo te regalé el primero", recordaba Ronaldinho en un video de homenaje difundido por el Barça. El aprendiz ha superado con creces al maestro, no solo en el ámbito realizador. Aquella delicada vaselina que dibujó Messi sobre el meta Valbuena trazó, simbólicamente, la trayectoria de cómo ha acabado siendo su carrera, suave y ascendente. Y firme: esa tarde, Messi marcó dos goles, dos vaselinas. La primera fue anulada.

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Aquel pequeño extremo que tuteló Frank Rijkaard, negándose a cederle a la Juventus de Fabio Capello en el Gamper del 2005 -"a los 25 minutos me acerqué a Frank y le pedí la cesión de Messi", confesó el técnico italiano- se ha convertido en un goleador sin ser un 'nueve' puro. Les ha superado a todos. Esos 500 goles engloban las etapas de Etoo (131 goles), Rivaldo (130), Kluivert (123) y Stoichkov (121).

UN 10 EN TODO

Messi es un 10. En todas las connotaciones futbolísticas y las acepciones del número. Incluida la del comportamiento. En un Barça que conoció las personalidades caprichosas de sus estrellas, de Maradona a Schuster y de Rivaldo a Etoo, el mayor desacato de Messi ha sido no ir a entrenar cuando se enfada.

No fue el caso ayer. "Nos volvimos con la alegría de haber dado un paso importante", continuaba <strong>el mensaje de Messi,</strong> que no saltó al césped, magullado como estaba de la tunda recibida. Se le vio en el vestuario, retratado en una foto con Neymar y Suárez. El brasileño enseñaba una camiseta de entrenamiento <strong> repitiendo el gesto de la noche anterior de Messi </strong>en el Bernabéu.

Neymar salió en la foto del grupo en Madrid en una minúscula pero significativa imagen del teléfono móvil de Messi, que le hizo una videollamada. Los tres volverán a estar juntos el sábado, en el derbi con el Espanyol, pero antes llega Osasuna el miércoles.