La reacción azulgrana

Leo, camino del 500

"Tuve la tentación de quitarlo, pero el placer de ver jugar a Messi es tan inmenso que preferí dejarlo en el campo", revela Luis Enrique

Enchufado 8 Messi se interesa por Nyom tras chocar de cabeza.

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MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

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En la misma portería, nueve años y cuatro meses después, llegó Leo Messi puntual a su cita con la historia. En realidad, casi cada partido que juega el genio argentino tiene un aroma único. Sea por las asistencias (ayer repartió dos más, una maravillosa con la derecha a Rakitic y otra delicada a Neymar) o por los goles: cabezazo de viejo delantero centro, del siglo pasado, el 400º de su carrera profesional, sumados con el Barça y Argentina, y messiánico el 401º, como si fuera el Leo voraz de la época de Guardiola, robándole la cartera a Murillo, el central del Málaga, como si le fuera la vida en la jugada, pese al 5-0.

En la misma portería, la de la Diagonal del Camp Nou. En la misma en que apenas necesitó cinco minutos aquel 1 de mayo del 2005 para dibujar una hermosa vaselina a Raúl Valbuena, el portero de Albacete. Ahí conectó un soberbio testarazo Messi para firmar su gol 400 -Ronaldo necesitó 653 partidos; él 525- y que el Camp Nou, como ya es costumbre, se pusiera de pie para saludar un hito espectacular. «Nunca imaginé que conseguiría logros así en mi carrera. Seguiré trabajando duro para lograr más metas. ¡Un abrazo a todos!», lanzó Messi en las redes sociales.

A tres de Zarra

Pero, marcado el 400, Messi tenía prisa por iniciar la carrera hacia el 500. Y emprendió una presión defensiva para rubricar el 401. «He tenido la tentación de quitarlo, pero el placer de ver jugar a Messi es tan inmenso que preferí dejarlo en el campo», reveló Luis Enrique. Podía haberle dado descanso -ha jugado todos los 630 minutos de la temporada-, pero ¿quién le quita a Messi el balón? Él, no.

«Me parecía extraño haberlo hecho. El campo es su hábitat», dijo el técnico. Es, en realidad, su casa. «Ha hecho el 400, el 401... Sumando los nuestros en el recreo o en la plaza del pueblo no llegamos a 400 ni borrachos», dijo más como aficionado que como técnico. «Está tocado por una varita mágica, hay que disfrutarlo». Por eso lo dejó en el campo. «Si Cristiano es Jordan, Messi es Wilt Chamberlain, que hizo 100 puntos en un partido de la NBA. Me quedo con Leo», se extasió Luis Enrique hablando de Messi, que está ya a solo tres goles de la plusmarca de Zarra en la Liga.