EL PARTIDO DE EL MOLINÓN

El Barça sufre en Gijón pero ya es líder en la Liga

El equipo empezó brillante, pero se apagó tanto que solo le salvó un gol marcado por Adriano

MARCOS LÓPEZ / Gijón (enviado especial)

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Pues, no. No era fácil ganar enGijón.AlBarçale costó Dios y ayuda mantener un ajustado 0-1, un resultado inusual para los azulgranas, y llevarse un triunfo digno de cualquier equipo italiano. Tras un gran inicio, apenas duró 15 minutos, incluyendo un gol de rebote deAdriano, el campeón se derritió porque el Sportingdesactivó su esencia.

Ya ni es reinvención. Ni siquiera se trata de reformar, mejorar o repensar la idea inicial. Es algo mucho más profundo porque trasciende de un plan táctico. A cada partido,Guardiolacrea algo nuevo. Cuando los rivales esperan el viejo Barça, el del 4-3-3 de toda la vida, él cambia al osado 3-4-3. Y siPreciado, su amigo del alma, aquel que le abrazó en los tiempos difíciles cuando el Barça estaba en zona de descenso, se imagina ese dibujo, sale al campo y ve algo que no esperaba. Un 3-3-4, aunque toca decir que no hay números que expliquen fielmente a qué juega el equipo de Guardiola. Y cómo juega, ni cuando lo hace mal durante más de una hora de partido. Tan mal estaba que Guardiola regresó a la tradición para proteger a Valdés.

Al inicio, en un enfebrecidoMolinón, un viejo estadio reformado, aunque mantiene el alma de un templo inglés, el Barça ya estaba por delante en el marcador. El gol le pertenece a Xavi, su gran derechazo fue repelido por la madera, aunque lo marcara Adriano, llegando como extremo derecho para batir, con la ayuda de Canella, a Juan Pablo.

Con tres defensas y ni un central puro (Piqué y Puyol estaban en el banquillo) y el Jefecito Mascherano, cual mariscal de la zaga, escoltado por Alves y Abidal. Por delante, Busquets, Xavi y Thiago. Y más arriba cuatro piezas. Dos fijas ¿Adriano se pegaba a la cal en la banda derecha y Villa pisaba la de la izquierda¿ y dos muy móviles. Messi y Pedro.

El Spórting incomodó

En apenas 16 minutos, cinco disparos. Un gol, el de Adriano, un disparo al poste, el deXavi,y tres remates deVilla:dos fuera y uno repelido por Juan Pablo. El Barça era un torbellino. Atacando y, sobre todo, presionando. A Mascherano, sin ir más lejos, se le vio a 70 metros de Valdés robando una pelota, mientras Thiago, un prodigio con el balón en los pies, no tuvo reparo alguno en ensuciarse la camiseta. Excelente actitud defensiva la suya, generoso robando balones y descubriendo a Villa cuando tocaba. A cada partido, ya ha sido titular en siete de los 11, Thiago es mejor en lo que antes era terrenal.

No era nada fácil descubrir donde guardaba el Sporting la llave de la caja. Estaban todas las puertas cerradas, hasta las ventanas. Por eso, esos brillantes minutos del Barça se fueron apagando porque Preciado puede ser muchas cosas, pero no es ni «amarrategi ni gilipollas», según confesó él mismo, y su equipo incomodó mucho al Barça, hasta desfigurarlo. Y eso tiene mucho mérito.

Lesión de Abidal

Y 4-3-3 / El Sporting tendió más redes y el Barça tardaba tanto en desenredarlas que ni pisó el área asturiana. También empezó mal, y acabó mal, la segunda mitad, para desesperación de Guardiola. Entretanto, un ofuscado Messi se estrellaba en la barrera rojiblanca, empeñado en regatear hasta su sombra. Y no siempre se podía. Además, el músculo de Abidal también se rompió y el técnico, preocupado y nervioso (estrelló una botella de agua en el césped), cambió a una defensa de cuatro con Maxwell como lateral zurdo y Piqué junto a Mascherano.

El lozano fútbol inicial del Barça se apelmazó de tal manera que el Sporting, con inteligencia y astucia, detectó luz. Se tiró, no se sabe por qué razón, el campeón a la bartola, algo que está prohibido en El Molinón, un estadio donde no se admite ni un bostezo. Preciado sacaba delanteros; Guardiola, músculo. Lo nunca visto, con Keita achicando balones y el Barça perdiendo el tiempo, transformado en equipo menor.

En una noche humana, el campeón se libró de un disgusto.