Un gol al arco iris

"Me he tirado con todo y ha entrado. Piqué me dijo: 'Ostia, casi la toco, mejor que no'", confiesa Sergi Roberto

Sergi Roberto celebra el sexto gol ante el PSG.

Sergi Roberto celebra el sexto gol ante el PSG. / MK.

MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

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“Yo estaba ahí. Suerte que no toqué el balón. Me pasó por encima, pero afortunadamente no pude tocarlo. Menos mal”. Estaba ahí Piqué, justo al lado de Sergi Roberto, el chico que promovió Luis Enrique en el Mini Estadi, al que Guardiola hizo debutar en el primer equipo. El joven al que hizo, muy a su pesar, lateral derecho. "Me he tirado con todo y ha entrado. Al llegar al vestuario, Piqué me dijo: 'Ostia, casi la toco. Mejor que no'", ha confesado Sergi Roberto, el chico prudente y disciplinado, criado en La Masia, que supo esperar su momento.

No tenía que estar ahí, en el interior del área, aguardando ese dulce pase de Neymar. Piqué siempre podrá decir que lo vio mejor que nadie. Mascherano también estaba muy cerca. O sea, dos de los tres centrales del equipo andaban pisando el área de Trapp junto a ese volante zurdo de emergencia.

Al fin, le hizo caso a Neymar. Se asomó al área para marcar el gol que le llevará a la eternidad culé, emparentado ya para siempre con Koeman (Wembley-92), Belletti (París-2006), héroes de la final, pero comparable, en realidad, a Bakero (Kaiserlautern-92) y Pichi Alonso (Goteborg-1986). Estiró Sergi Roberto la pierna derecha como si se fuera a romper.

"INCREÍBLE, LO HEMOS CONSEGUIDO"

Daba la sensación de que el balón se alejaba inexorablemente de su cuerpo. Pero llegó justo a tiempo mientras los defensas, bueno en realidad todo el París SG, miraban desesperadamente al línier buscando la bandera salvadora. Pero esa bandera no levantó porque Sergi Roberto estaba en una posición más que correcta. De pronto, conectó con el balón y a Trapp, el portero alemán del PSG, le pilló con el cuerpo cambiado. “Increible, entre todos lo hemos conseguido”, escribió el chico de Reus en su cuenta de Twitter ilustrando ese texto con la foto de un gol que sacudió millones de emociones.

“Estaba muy cerca”, contó Mascherano, asombrado de la capacidad camaleónica del Barça para levantarse cuando peor estaba. Piqué, a su espalda. El ‘Jefecito’, a su derecha. Umtiti, un poco más lejos. Y, curiosamente, Ter Stegen, el portero con pies, ubicado en el balcón del área después de haber robado una pelota para cambiar la historia. El meta, que subió a rematar una falta lanzada por Neymar, se quedó en el campo francés.

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Así venía torturando, medio en broma y medio en serio, el técnico a uno de esos jugadores a los que ha mimado como nunca. Al punto de que toleró que se marchara Alves, abriéndole la puerta del carril derecho de la defensa. Pero anoche, cuando apareció en el Camp Nou, no fue para jugar de lateral. Ni mucho menos. Luis Enrique lo puso de volante zurdo y envió a Arda Turan como extremo derecho. Confiaba en que ese capacidad para invadir el área enemiga que tenía cuando era juvenil volviera a salir.

EL MOMENTO NEYMAR

No, no estaba de turismo. Robó la pelota en el prólogo de una jugada descomunal donde Neymar, a pesar de que todos le reclamaban que colgara el balón lo antes posible, aguardó su instante. El momento Neymar. Dribló con astucia al jugador más avanzado del PSG, mientras Trapp creía sentirse seguro. Hasta ocho jugadores defendían su casa. No contaron con la calma que trasladó Neymar a la jugada. Un regate, una conducción tranquila cuando el tiempo condenaba al Barça y un centro para que Sergi Roberto desmintiera a su entrenador: “Siempre le he dicho a Sergi: ‘No metes ni un gol al arco iris’”.

Y entonces emergió ese interior que sacudió al fútbol mundial. Messi miraba angustiado el vuelo del balón cuando en un estudio de la BBC cuatro leyendas (Lineker, Owen, Ferdinand y Gerrard)Owen se olvidaban de su oficio de periodista. Y hasta de sus colores. Saltaron, como millones de culés, en un estudio de televisión de Londres festejando el sexto gol azulgrana. Estaban enloquecidos ellos. Como Sergi Roberto, el chico que marcó un gol al arco iris.