El campeón se juega la Liga

El Barça asume la obligación de ganar en Granada para reconquistar un título que tenía en la mano

Luis Suárez y Leo Messi, en el aeropuerto de El Prat, camino de Granada.

Luis Suárez y Leo Messi, en el aeropuerto de El Prat, camino de Granada. / periodico

DAVID TORRAS

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La Liga se juega a las cinco en punto. Y a media tarde, al filo de las siete, el campeón alzará los brazos. En Granada o en A Coruña, y en la distancia, en Barcelona o en Madrid, una doble celebración en el campo y en la calle. Después de más de 3.400 minutos, más de 55 horas de fútbol, la Liga no ha tenido bastante y ha querido hacerse rogar un poco más. Así que ha esperado hasta el último día antes de entregarse al ganador, al límite del suspense

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Hace muy poco parecía decidida a repetir campeón, con el Barça tan por encima de todos que incluso los rivales se rindieron, resignados a que pusiera día y hora para rematar el título. Pero, de repente, el líder empezó a tontear y en cuatro días perdió todo lo que tenía ganado, y pasó de ir embalado hacia el triplete a perder de vista la Champions y temer por la Liga. Aparecieron las dudas en el Camp Nou y al equipo no le quedó otra que volver a pelear para reconquistar lo que ya era suyo.

Este sábado, se enfrenta al último acto, un todo o nada, bajo la confianza de que todo está a su favor pero también bajo la presión de echar a perder un título que tenía en la mano. En la otra punta, a miles de kilómetros, el Madrid está condenado a ganar y esperar. Lleva todo el curso por detrás, incapaz de seguir el ritmo del líder, pero en el último momento, ha acelerado ante el frenazo azulgrana y se ha encontrado ante una situación inimaginable. Un regalo sorpresa que puede quedarse en nada. Engordar para morir. O no.

«Planteamos el partido igual que los 37 anteriores. Lo que hay que hacer es relajar la tensión» Luis Enrique

«¿Primas a terceros? No sé de qué me está hablando. Tenemos fe, vamos a creer hasta el final» Zinedine Zidane

Los dos jueces, Granada y Deportivo, comparten en común el no tener ningún aliciente por el que pelear salvo el deseo de ganar, que siempre debería ser innegociable, aunque cada día haya sospechas que lo pongan en duda. Las últimas, los posibles amaños en el Real Sociedad-Rayo, con posibles apuestas de jugadores en contra de su propio equipo, o bien convencidos de que perderían o bien dispuestos a perder.

UN JUEGO DE MALETINES

El mundo del fútbol se rebela de palabra contra ese lado oscuro aunque, en el fondo, todos saben de qué va esta película. «¿Primas a terceros? No se de qué me hablan», dijo ZidanePrimasZidane, haciéndose el sueco. «Me molesta que se dude de nuestra profesionalidad», se quejó José González, técnico del GranadaGonzález, pese a que el club está metido en todos los fregados.

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«Yo pongo la mano en el fuego por todos los profesionales del fútbol. Luego, si me equivoco, me quemaré», dijo Luis Enrique, ajeno a todo lo que no puede controlar, desde las posibles motivaciones extra que pueda recibir el rival hasta el césped, que tiene pinta de que estará alto y seco. Lo que sí controla, el equipo, le transmite las mejores vibraciones, convencido de que no fallará después de haber dejado atrás el bajón que les obliga a jugarse la Liga en 90 minutos.

«El partido lo plantearemos igual que los 37 anteriores», admitió, aludiendo a la estrategia general que trazará en el vestuario. «Tengo la sensación de que solo ganaremos la Liga si ganamos en Granada», añadió, consciente de la necesidad de controlar la tensión y la ansiedad acumulada en estos días de espera. Así que, en principio, nada de mirar hacia otra parte, nada de estar más pendiente de Riazor que de Los Cármenes. «Si no ganamos ya miraremos al otro lado en el minuto 95...», comentó, aunque nadie contempla esa situación.

CUESTIÓN DE FE

En el otro lado, más de lo mismo, aunque todo sea una pose. Cuesta imaginar a Zidane sin querer saber nada de lo que ocurra en Granada. «He soñado que podía ganar un título. Tenemos fe en la Liga. Hemos ganado 11 partidos consecutivos y estamos a un punto. Vamos a creer hasta el último segundo del partido», añadió el técnico, que curiosamente cierra su círculo personal en esta etapa. Debutó ante el Depor en casa (5-0) y ahora es su gran esperanza de conquistar un título al que hace unas semanas renunció, asumiendo que sería del Barça. En este episodio final, no se guardará nada y, como Luis Enrique que se ha llevado a toda la plantilla, alineará el once de gala. 

«Me molesta que se dude de nuestra profesionalidad. Voy a poner al mejor equipo para ganar» José González

«Mi pasado blanco no me afecta. Sabemos que va a ser muy difícil con lo que se juegan» Víctor Sánchez

No parece que vaya a tenerlo difícil. El Deportivo es un barco a la deriva, que se ha hundido de mala manera entre reproches y malos rollos que le hacen una víctima propicia. El central Arribas acusó este viernes a algunos compañeros de «no querer entrenar ni jugar» en medio de una descomposición general que se llevará por delante al entrenador, Víctor Sánchez, enfrentado con medio equipo. «Luisinho me ha llegado a amenazar y Lopo tiene una personalidad bipolar», denunció.

Nada que ver con el buen ambiente y la relajación que se vive en Granada, por más que a su alrededor haya el ruido de cada año por las sombras de sospechas. En ese escenario,  con maletines o sin, con el césped alto o corto, el Barça está obligado a ganar esta Liga. Como el campeón que es, no puede dejarla escapar. No habrá rúa, pendiente de redondear el fiestón con la Copa. Pero esta Liga merece ser celebrada porque la habrá ganado dos veces. A las cinco empieza la reconquista.