Los tres frentes de la directiva del Barça

Una lona de Catar en el Camp Nou.

Una lona de Catar en el Camp Nou. / periodico

DAVID TORRAS / BARCELONA

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EN BUSCA DE PATROCINADOR

Siete meses después de que la directiva, recién ganadora de las elecciones, proclamara tener cerrada la renovación del contrato con Qatar Airways la operación sigue en el aire. Ni hay acuerdo ni se vislumbra que pueda haberlo y mucho menos en las condiciones que se dijo tener pactadas: 65 millones euros anuales sin incluir el equipaje de entrenamiento, además de un bonus de 15 millones por la firma. En total, unos 240 millones hasta el 2020.

Era el acuerdo verbal que había alcanzado Javier Faus antes de su dimisión y que Josep Maria Bartomeu y Manel Arroyo quisieron variar al alza decididos a presentarlo a la asamblea con la etiqueta de la camiseta mejor pagada del mundo. Pero precisamente ese objetivo acabó afectando negativamente las negociaciones, enturbiadas también por la actitud de la junta de presumir de otras ofertas (Rakuten, por ejemplo, de la que no se ha oido hablar nunca más tras meterla interesadamente en la campaña) y referirse con ciertos reparos a Catar en lo que era una simple estrategia electoral en busca de votos ante su impopularidad entre los socios.

La última jugada de Bartomeu acabó de provocar la ruptura cuando utilizó el triplete y la fotografía del tridente para pedir cerca de 100 millones anuales. Y ahí se acabó. Los intentos posteriores de recuperar las relaciones han fracasado ante el distanciamiento y el malestar catarí, todo en medio de un gran secretismo que incluso ha hecho que la junta no fuera informada hasta hace pocas semanas de toda esta crisis.

En esta situación y sin descartar un vuelco con Catar, el club, a través de Manel Arroyo, ha sondeado otros posibles patrocinadores y con este objetivo viajó a la Superbowl para tantear el mercado estadounidense. Pero no hay novedades, y sí urgencias. Por más que miembros de la junta aseguren que el Barça pueda estar un año sin publicidad, la realidad es que provocaría un gran desequilibrio económico, que agravaría el problema que supone cumplir el Ebitda.

RENOVAR A NEYMAR, UN OBJETIVO URGENTE

Tiene contrato hasta el 2018. Pero el primer objetivo, y el más estratégico de la junta, es renovar a Neymar lo antes posible. Justo en este verano, cuando los grandes clubs europeos emprenderán nuevos proyectos (Guardiola en el City, Ancelotti en el Bayern y, tal vez, Mourinho en el United), el Barça debe darse prisa para asegurar la continuidad del brasileño, teniendo, en cuenta, además, la urgente necesidad que tiene Florentino de romper con la hegemonía azulgrana. Y no habría mejor remedio para el presidente del Madrid que llevarse a la estrella al Bernabéu, como ya hizo en su día con Figo provocando cinco años de penuria en el Camp Nou.

Neymar quiere seguir en el Barça. Su padre insiste, una y otra vez, en que no tienen intención de abandonar el Camp Nou. Pero el club sabe que tendrá que mejorar el salario, además de garantizar «una seguridad tributaria», como ha reclamado el progenitor del futbolista, para que no haya más problemas con la fiscalidad española. «Estamos sufriendo una inseguridad tributaria muy grande y necesitamos que estos asuntos terminen. ¿Cómo podemos prorrogar alguna cosa si no tenemos estabilidad tributaria?», se preguntó Neymar padre en octubre. El club sostiene que no habrá problemas para la renovación, pero, de momento, no se ha concretado. 

Tampoco ha renovado Sergio Busquets, a pesar de que en una cita que tuvo al inicio de la temporada con el presidente Josep Maria Bartomeu se le prometió una actualización y mejora de contrato. Una mejora que sigue sin llegar para uno de los futbolistas más cotizados del mercado.

Además de Neymar, que se situaría solo por debajo de Messi, y de Busquets, en el horizonte inmediato, el Barça también debe abordar una mejora contractual para Suárez, cuyo espectacular rendimiento ha superado cualquier previsión. 

LOS CONFLICTOS JUDICIALES

La dura sanción de la FIFA ha quedado atrás, pero el Barça sigue inmerso en una larga lista de procesos. El club no acaba de salir de los juzgados, metido en diversos litigios que en algunos casos, como el de la acción de responsabilidad contra la junta de Laporta, a los que reclamaba más de 47 millones de euros, arrastra desde hace años (2010). A pesar de que la demanda ha quedado desestimada, el Barça recurrió la sentencia. 

Este caso es el primero de un goteo interminable que ha obligado a la directiva a tener prácticamente en nómina a unos cuantos abogados. Pero lo cambios de defensa no han tenido demasiado éxito y en la mayoría de los casos ha salido malparado.

Ahora mismo, los dos grandes frentes abiertos son el fichaje de Neymar, con una doble vertiente: el delito fiscal fruto de la denuncia de Jordi Cases y el más reciente, la demanda de la empresa DIS, propietaria del 40% de los derechos del jugador, al sentirse estafada por no haber cobrado lo que realmemte le correspondía de un traspaso muy por encima de los 17 millones ‘oficiales’ que recibió el Santos. En ambos casos, están afectados Rosell y Bartomeu, a quienes la fiscalía pide penas de cárcel (7 años y medio y 2 años y 3 meses respectivamente) , y el Barça.

El otro litigio más mediático es el que mantiene con la UEFA por las estelades y que ya ha supuesto una doble multa de 30.000 euros por la final de Berlín y 40.000 por el partido ante el Leverkusen de la Champions. El club pactó una tregua con la UEFA que evitó que volviera a ser sancionado cuando el Camp Nou le desafió silbando el himno de la Champions en medio de 30.000 estelades. El conflicto está en suspenso a la espera de conocer el resultado del recurso al TAS y que, en caso desfavorable, podría conducir al Tribunal de Estrasburgo. 

Y el último episodio ha sido la denuncia de Jaume Roures por espionaje industrial contra Sandro Rosell y en la que también está incluido el Barça, y que ayer fue admitida a trámite por el juzgado de primera instancia número 8.