Luis Enrique: "Todos los culés estamos muy mal acostumbrados"

El técnico achaca el éxito del Barça en esta década a la capacidad de reinventarse y tener una idea futbolística clara

Luis Enrique da instrucciones a sus jugadores en Mestalla.

Luis Enrique da instrucciones a sus jugadores en Mestalla. / periodico

MARCOS LÓPEZ / VALENCIA

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Otra final. Será la sexta del Barça de Luis Enrique (la Liga al margen) de las que ha ganado cinco. Y la sexta del Barça en la Copa en los últimos años. Tan fácil de contar y tan difícil de conseguir, sobre todo, echando la vista más atrás en los largos tiempos de penurias. «Todos los culés estamos muy mal acostumbrados. Es muy difícil estar ahí cada año», proclamó el técnico, contento de volver a jugar «uno de los partidos más bonitos de la temporada». «Es momento de disfrutar, aunque serán 10 minutos, porque ya tenemos que pensar en el partido de Liga del domingo», dijo, relativizando otra vez el valor del récord. «Veremos si estos números significan títulos». Lo que sí se ve es la causa de tantos éxitos continuados en una década gloriosa y que él achaca a la «capacidad del club para reinventarse teniendo una idea futbolística clara». 

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Se pasó casi todo el partido sentado en el banquillo, dejando que Unzué llevara por un día la batuta y no solo en las jugadas de estrategia. ¿La causa? «Ha sido debido al estado de mi voz, no tengo voz para cantar cada tres días, así que  van a tener que empezar a cantar los que están a mi lado», dijo el técnico. Pero ya se sabe que no es fácil que Luis Enrique se reprima, ni siquiera en un día donde no había nada que temer, con todo resuelto y con casi todos los titulares descansando tranquilamente en casa.

Así que, en medio del juego, cuando el balón iba y venía sin mucha tensión, y con Ter Stegen tocándolo más que nadie con el pie, el técnico tuvo un arrebato. Lanzó una botella con rabia y se levantó con gesto airado, descontento con la actuación de más de uno. Uno de los que recibió fue Bartra, señalado con una larga suplencia  (no era titular desde el 9 de diciembre) y a quien se dirigió visiblemente descontento. El central se encuentra metido en un bucle porque esa falta de confianza ha repercutido en su juego, inestable y muy irregular. Tampoco le acompaña la suerte. Tuvo el gol en la cabeza pero Munir se lo arrebató en un forzado remate.

Nada que ver con la situación que vive su amigo Sergi Roberto, que ha dejado atrás los tiempos de olvido y se ha convertido en una valiosa pieza para Luis Enrique. Un chico para todo, que ayer se impuso por encima del resto, en una muy buena actuación. A otros jóvenes, en cambio, no les ayudó mucho un partido tan singular. Munir, el máximo goleador en la Copa se quedó esta vez a cero, igual que Sandro, Curiosamente, el gol que sirvió para batir el récord de 29 partidos sin perder fue Kamptoum. de 19 años, uno de los pocos cameruneses que se ha quedado en el club y del que hablan muy bien en la Ciudad Deportiva.

Quien se quedó con la ganas de hacer realidad un sueño fue Carles Aleñà que, recién cumplidos los 18 años, entró en la convocatoria pero no llegó a debutar como ya ha hecho con el filial pese a ser juvenil. Otro de los nombres ilustres de la cantera y que desde hace tiempo están señalado para dar el salto.