Esperando a Pep

Pep Guardiola dice que siempre tiene la puerta abierta de su despacho para recibir a los jugadores. Algunos de los que se marcharon (Ibrahimovic, Touré, Bojan), acusaron al técnico de escasa predisposición al diálogo como uno de las razones para justificar su despedida, aunque la inmensa mayoría de la plantilla agradece, por el contrario, tener unjefetan próximo. Sandro Rosell también tiene la puerta abierta de su despacho. Pero a pesar de las muchas visitas que recibe, ya sea de directivos, asesores o personalidades, aún no ha recibido la que más espera.

A Rosell nada le haría más feliz que ver algún día a Guardiola cruzar el umbral de la puerta por tercera vez. Eso solo significaría que el técnico accede al reducto presidencial para firmar la renovación del contrato. Tardó un mes en la primera visita, nada más acceder a la presidencia, y después de unas arduas (e inesperadamente largas) negociaciones porque Guardiola ya había garantizado a Joan Laporta -en realidad se lo garantizó al barcelonismo- que seguiría en el banquillo tras las elecciones. La segunda se produjo a principios de este año. Como Guardiola se empeña en renovar temporada a temporada, y el contrato acaba el próximo 30 de junio, Rosell espera con ansiedad esa tercera visita.

Contrato indefinido

«Tengo la oficina abierta con el contrato preparado sobre la mesa para cuando Pep lo quiera firmar», repitió ayer el presidente del Barça, trasladando a la opinión pública catarí y del mundo árabe una de sus mayores preocupaciones: atar la continuidad del entrenador más exitoso que ha conocido la historia del Barça: ha conquistado 12 títulos en tres campañas y media.«Puede firmar por un año, dos, tres o cuatro, por uno más uno o más dos o más tres...»,recitó el presidente sobre la modalidad de un acuerdo tan variable que ni siquiera se ha redactado. Se escribirá en el papel lo que Guardiola quiera.

La indescifrable voluntad del entrenador invitó a pensar al entrevistador catarí que posee un carácter indomable. ¿Arrogante, incluso?«Al contrario-respondió Rosell-,es prudente, un líder, tiene cultura del trabajo, y hace esfuerzo excepcional. Cuando acaba un partido ya se pone a trabajar en el próximo, no para», explicó fascinado Rosell, a quien le costará encontrar un sustituto de semejantes virtudes. Si firma mañana mismo, mejor.

Bale, muy caro

Mucho menos le cuesta encontrar futbolistas. Si cuando fue vicepresidente deportivo (2003-05) participaba en la búsqueda de fichajes, si no los concretaba él, ahora, gestiona lo que le pide la secretaría técnica. La única condición es el precio. Si Guardiola o Zubizarreta quisieran al lateral izquierdo Gareth Bale (Tottenham), no lo tendrían.«Nunca pagaríamos 40 millones, vale muchísimo menos»,dijo Rosell.

Ese fue el listón que se puso el Barça para fichar a Cesc.

No hay un listón económico para Guardiola, el hilo conductor de la mejor etapa deportiva del fútbol azulgrana.«Hacemos todo lo que está en nuestras manos para que se sienta cómodo, para que se sienta feliz, y esperamos que diga que sí», confeso Rosell, consciente de que la negativa del entrenador le crearía un problema de dimensiones imprevisibles. Por la incertidumbre que generaría su sustituto y por la desilusión que crearía en el vestuario y la grada.