"'¡Florentino, dimisión!"

La afición madridista pierde la paciencia y se vuelve contra el presidente y Benítez

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ANTONIO MERINO / MADRID

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Escándalo en el Bernabéu, donde el Madrid se dio de bruces contra un Barça que le pasó por encima. La grada dictó sentencia al pedir la dimisión de Florentino en medio de la pañolada. La bronca fue extraordinaria y recordó otros tiempos en los que nada más terminar el partido se reunía el gabinete de crisis. Esa palabra ya pertenece al Madrid, al presidente y a Rafael Benítez, que perdió todo lo que se jugaba en un clásico tan desigual que recordó a aquel 2-6 del 2009.

Decía Benítez que ante el Barça solo había en juego tres puntos. Tras lo de ayer se antoja que hay mucho más porque la herida que dejó el equipo de Luis Enrique puede hacer temblar las estructuras del Madrid. De momento, el aguante de la afición ha caducado. En cuanto Marcelo sacó en la línea de gol el que hubiera podido ser el tercero de la noche, el público estalló. La grada comenzó a poblarse de pañuelos y se empezaron a escuchar gritos de «Florentino, dimisión».

BUSCANDO 11 JUANITOS

Los decibelios subieron de tono cuando el árbitro mandó a los equipos al vestuario en el descanso. Lejos de arreglarse las cosas, el Madrid tocó fondo. Bale pedía al público que animara y la respuesta fue una sonora pita al galés, convertido ya en un bulto sospechoso. Llegó el tercero y la grada se calentó aún más. De nuevo los pañuelos volvían a decorar las gradas y se repetía el cántico pidiendo la dimisión de Florentino, que apenas encontraba el irónico grito de ánimo de los seguidores azulgranas.

Frente a eso, la grada de animación gritaba «queremos 11 Juanitos». Nada impedía la indignación del público. La impotencia daba paso a la agria respuesta a los responsables del desaguisado. Benítez se llevó también lo suyo en un día en el que la ley no escrita del fútbol dicta que cuando la masa se vuelve contra el palco, la factura la paga el técnico. Ahora mismo, nadie da un céntimo por Benítez.

«La noche es triste. Hay una enorme desilusión», decía Butragueño tras el encuentro. El responsable de relaciones internacionales del Madrid pedía calma respecto a una posible decisión sobre Benítez. «Es el momento de tener tranquilidad. Ahora hay que reflexionar. No queremos buscar excusas. Han sido mejores. Tenemos una afición muy inteligente que muestra su desencanto», dijo Butragueño.

Había sido testigo del desencanto de la afición. Tanto, que la gente ya ni pitaba a Piqué. Con el 0-4, a falta de un cuarto de hora, hubo desfile porque la grada no aguantaba más. Mientras, los culés cantaban L’Estaca de Llach. Los que se quedaron aplaudieron a Iniesta y reiteraron la petición de dimisión de Florentino. La megafonía ahogó sus gritos, pero no pudo impedir el flamear de sus pañuelos.