NUEVA EXHIBICIÓN: ABIDAL, LA OTRA PAREJA DE PUYOL Y PIQUÉ

Un central colosal

Abidal sale con el balón controlado desde atrás.

Abidal sale con el balón controlado desde atrás.

MARCOS LÓPEZ

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De forma tímida empezó a extenderse su nombre por la grada del Camp Nou. Acostumbrada la gente del Barça a cantar con pasión los nombres de las estrellas y de los chicos de casa, pareció que tenía hasta cierto pudor en agitar a los cuatro vientos su alegría por el nuevo extraordinario partido de Eric Abidal. Otro más. Ahora como central zurdo, porque Guardiola se ha empeñado en que el lateral francés vaya cogiéndole el gusto, y los automatismos, a esa función. Y Abidal lo hizo a lo grande.

Hasta deja de ser noticia que el francés se haya adaptado con tanta naturalidad a esa singular demarcación. Singular porque en el Barcelona no solo requiere una gran atención defensiva sino porque demanda una exquisita relación con la pelota. ¿Por qué? Porque el central es, junto a Valdés, el inicio de la jugada de ataque del Barça. Y Abidal pareció haber nacido en La Masia con la naturalidad con que saca el cuero desde atrás. Hasta dio una soberbia asistencia a Villa, Pero un mal control delGuajeimpidio que ese pase deAbi, como le llama Guardiola, acabara en gol.

El Camp Nou, que premia tanto una recuperación defensiva como un regate en el balcón de Valdés, agradeció ese colosal partido de Abidal con el respeto que le dedica a las grandes estrellas. ¿Cómo? Coreando su nombre, tal vez fue la primera vez en que se escuchó al estadio gritar «¡Abi, Abi!». El mejor premio para un defensa que antes era anónimo en el mejor equipo del mundo. Ahora es un pilar.