Braida, el sello de Bartomeu

El presidente renueva su confianza en el asesor técnico hasta el final del mandato

Albert Soler, director de deportes profesionales del Barça, y Ariedo Braida, asesor internacional de fútbol, en el palco del Camp Nou.

Albert Soler, director de deportes profesionales del Barça, y Ariedo Braida, asesor internacional de fútbol, en el palco del Camp Nou. / periodico

JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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Para bien o para mal, los fichajes suelen tener 'padre'. Ariedo Braida es una apuesta de Josep Maria Bartomeu. No fue el presidente del Barça quien descubrió al gestor futbolístico italiano, con una dilatada trayectoria profesional anterior, pero le firmó incondicionalmente su primer contrato en el 2015, y le ha renovado como un cargo de confianza hasta el final de su mandato en el 2021.

Cinco años de contrato garantizados tiene Braida, cumplidos los 70, que no los tiene ni Leo Messi (28), el estandarte mundial azulgrana. El club tiene en una parecida consideración a Braida dentro del 'terreno de juego' en el que se desenvuelve. Es el asesor internacional de fútbol.

AGENDA PRIVILEGIADA

«Posee una agenda privilegiada, conoce a todos los agentes y su lista de contactos es impresionante», destaca un ejecutivo que le ve trabajar de cerca, para revalorizar la función que desempaña en el Barça uno de los creadores del gran Milan de los holandeses a finales de los ochenta. En Barcelona hay un nexo de unión con aquella maravillosa época: Claudio Losardo, íntimo de Frank Rijkaard, gestiona el restaurante 'A casa mia', del que Braida es un asiduo cliente.

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El gran Barça ya se lo encontró creado, pero necesitado de un nuevo impulso. Bartomeu despidió a Andoni Zubizarreta en enero del 2015 y palió el vacío de la dirección técnica creando una comisión de dos directivos (Jordi Mestre y Javier Bordas) y dos asesores. Uno era Carles Rexach, que ya estaba en nómina. El otro fue Braida, sugerido, al parecer, por Bordas. Por aquel entonces, el veterano consejero italiano ya se había ido del Milan y estaba en el Sampdoria.

LA GESTIÓN MÁS LLAMATIVA

Braida viaja, mira, analiza, opina, contacta y aconseja. «Pero no ficha ni participa en negociaciones», sostiene un portavoz barcelonista. A ojos de la opinión pública, la gestión aparentemente más importante y llamativa se produjo el verano pasado, durante las pasadas elecciones.

Braida y Albert Soler, el director de deportes profesionales del Barça y su teórico jefe, viajaron a Italia para reunirse con la Juventus y bloquear la estancia de Paul Pogba. U obtener «un derecho preferencial para su fichaje», según otra versión, en una época en la que el centrocampista francés era la pieza más codiciada del mercado. Joan Laporta, entonces candidato, decía tener la llave de su contratación a través del agente del futbolista. Agustí Benedito también le quería. «Ahora no nos interesa, la ficha que pide es prohibitiva», asegura un portavoz azulgrana.

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150 OJEADORES

Arda Turan y Aleix Vidal fueron apuestas de Luis Enrique. Como la de Douglas. Como la de Samuel Umtiti, la próxima cara nueva. Consensuadas todas con Robert Fernández, el secretario técnico.

Con un campo de acción limitado en el primer equipo  –es una opinión más, «una opinión de calidad», precisan desde el cuerpo ejecutivo, del amplio corpus de 150 ojeadores–, Braida se presta encantado a echar un vistazo a jugadores de Segunda A y Segunda B ayudando a Pep Segura, jefe del fútbol formativo del filial y los juveniles.

Con el futuro asegurado hasta los 75 años, Braida abandonará el hotel en el que se ha hospedado durante año y medio, y se instalará en un piso con su mujer y sus hijos, muy próximo, casi vecino, del de Bartomeu, el 'padre'.