De la Bota de Oro al Balón de Oro

Lineker no pudo adaptarse a la función de extremo, pero sí lo hizo Hristo Stoichkov, que pasó por el mismo trance: la estrella del CSKA de Sofía, el delantero del campeón búlgaro, se presentó en el Camp Nou con el aval de la Bota de Oro al mejor goleador de la temporada 1989-90 (empatado con Hugo Sánchez) y Cruyff lo situó de extremo izquierdo.

No poca polémica generó esa decisión táctica con el precedente de Lineker. La conquista de la Liga 90-91, seguida de otras tres consecutivas y el rendimiento de Stoichkov (14, 17, 20 y 16 goles) redujeron la discusión a momentos episódicos que coincidían con una mala racha del delantero. En 1994, con el añadido de su gran actuación con Bulgaria en el Mundial, pudo ganar el Balón de Oro.

Velocidad e intuición fueron las mayores virtudes de Stoichkov como extremo izquierdo, mientras Laudrup disfrutaba como falso delantero centro y luego llegaba Romario al área. Cruyff logró con Stoichkov lo que tanto esfuerzo le costó a Van Gaal con Rivaldo: mantenerlo en la banda izquierda. Tras recibir el Balón de Oro, este reclamó un puesto más preferente en el centro. Entre Rijkaard y Guardiola, años más tarde, supieron reconvertir a toda una estrella como Thierry Henry en extremo.