LA JORNADA DE LIGA

El Barça tiende la mano al Deportivo

Messi prepara la mejor despedida de Xavi pero el once coruñés reacciona al final cuando se iba de cabeza a Segunda (2-2)

JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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Sobraba el partido de no ser porque era algo más que el cierre de la temporada, una de tantas en la historia. Se despedía Xavi, y eso era motivo suficiente para acudir al estadio y paladear por última vez el fútbol del cerebro que ha movido al Barça de los últimos años. Aunque solo fuera por rendirle homenaje. Como ese era el mayor aliciente y no los puntos, el resultado no estuvo a la altura del personaje. Pero era lo de menos para todo el Camp Nou excepto dos sectores: la mitad de campo que defendía el Deportivo y el grupillo de aficionados que estaba en la azotea junto al marcador.

Se despedía Xavi y jugaba Messi, que también cuenta y mucho. Luego debutó Vermaelenjugó Masip como portero (el único de la plantilla que no ha jugado en la Liga ha sido Ter Stegen) y apareció Douglas, aplaudido con entusiasmo para compensar las pestes que se han dicho y escuchado de él como aderezos adicionales que aportó Luis Enrique. Anecdóticos y propios de un día de fiesta, de una tarde de confeti y cánticos con la Liga esperando en el túnel de vestuarios a que la izara Xavi. Al final hasta se apuntó a la juerga el Deportivo, que dio pena considerando que luchaba por salvarse.

El once coruñés se encontró con dos goles en diez minutos cuando el Barça se balanceaba confortablemente con su ventaja y arrancó el empate que evitaba un merecido viaje a Segunda. Volvió inmediatamente a la guarida, sus jugadores empezaron a perder tiempo, buscaron el refugio del córner para que corriera el reloj y se salvaron. Hasta ellos se añadieron a cantar «campeones, campeones».

DEMASIADO LEJOS

Demasiado lejos estaba Cristiano Ronaldo en el Pichichi para que Messi se planteara una de esas gestas que se le pasan por la cabeza. Hizo lo posible por preparar el mejor adiós a Xavi, el tipo que más pases de gol le ha dado. Creó y culminó la jugada del 1-0 a los cuatro minutos y firmó el 2-0 que le regaló Neymar. Muy pocas ocasiones más dispuso el Barça para que Messi pudiera recortar los cuatro goles de ventaja del madridista, Leo tuvo la gentileza de ceder un saque de falta cerca del área a Xavi, que no pudo cerrar ese broche.

La alineación de Luis Enrique ya adelantó la distensión azulgrana. Solo resistieron Messi y Neymar en un equipo plagado de suplentes, también Xavi, que por eso se va. Ter Stegen, Alves, Piqué, Alba, Mascherano, Rakitic, Busquets, Iniesta y Luis Suárez fueron reservados para las dos finales, aunque Iniesta salió al campo para que tributaran a Xavi la primera despedida durante el partido. También entró Mascherano por el lesionado Bartra. Cuando el Barça estaba con diez marcó el primer gol el Deportivo, poco después de sacar a Oriol Riera, un segundo delantero para evitar el descenso al infierno. Salomao, con otro zapatazo lo garantizó.

El Barça estaba despidiendo a Xavi y se había despedido del partido porque intuyó que lo había cerrado hacía un rato. Con otro gol tan sopresivo como el primero, que nació de un córner en contra. El 2-0 no fue un contrataque propiamente dicho, pero lo pareció. Fabricio se encontró frente a Messi y Neymar y se dio por batido. No como en la primera mitad, cuando hizo la parada de su vida a tiro de Pedro.

La presencia de Vermaelen como central, notable en su aportación, la de Mathieu como lateral izquierdo después de su fugaz y frustrada aparición en el Bernabéu hace meses y la aparición de Douglas no supusieron una merma apreciable en la seguridad exigible atrás. Tampoco la de Masip, con dos tiros que Bravo ni Ter Stegen habrían detenido. Todos tenían la cabeza en los festejos con el trabajo se había culminado. Solo importaba no hacerse daño, disfrutar y estar con Xavi.