LA JORNADA DE LIGA

Empatados en todo

La Liga se para con Barça y Madrid igualados a puntos y con la sensación común de que no están afinados

Neymar supera a Rico desde el punto de penalti, durante el partido entre el Sevilla y el Barcelona

Neymar supera a Rico desde el punto de penalti, durante el partido entre el Sevilla y el Barcelona / periodico

DAVID TORRAS / BARCELONA

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La Liga se para con el Villarreal líder y los dos grandes empatados a puntos y a sensaciones: ninguno de los está afinado. El Barça perdió terreno en Sevilla pero el Madrid se quedó a medio camino cuando ya se frotaba las manos pensando en pasarse estas dos semanas mirando al resto por encima del hombro. A última hora se le escapó la conquista del Calderón (1-1) y acabó dando las gracias a Keylor Navas que paró un penalti y sacó una mano en el último suspiro. El patito feo, el portero que no quería Florentino, fue mucho más decisivo que el presumido Cristiano, otra vez peleado con el mundo después de que se pusieran a sus pies para homenajearle. Anoche, lo chutó todo pero mal. En siete jornadas, ha marcado cinco goles: todos al Espanyol. Ante Sporting, Betis, Granada, Athletic, Málaga y Atletico se ha quedado en blanco.

La Liga se para y tanto en el Camp Nou como en el Bernabéu convive la sensación de que hay mucho que mejorar. Los dos grandes van y vienen, ahora delante, ahora detrás, compartiendo una irregularidad que les ha llevado, por ejemplo, a dejarse puntos ante Celta y Sevilla, y Sporting y Málaga. Anoche, el Madrid tropezó donde el Barça ganó y echó a perder un valioso golpe de efecto. Lo tuvo en la mano, pero el Atlético le fue comiendo terreno y acabó bajándole de lo alto de la tabla. La valentía de Simeone contrastó con la racanería de Benítez, a quien algunos madritólogos ya han puesto bajo sospecha por su falta de ambición. 

De pasarse dos semanas tranquilamente ahí arriba, ha escalado solo un peldaño, lo justo para ponerse a la altura del Barça, junto al Celta. Y, por delante, el Villarreal, pese a perder con el colista, en una jornada de locos donde ninguno de los seis primeros ganó. En el Camp Nou no deberían encenderse señales de alarma, pero las cifras distancian al equipo no ya de su mejor versión sino de sus primeros pasos hace un año. El corcho azulgrana sigue a flote. La derrota en Sevilla no ha levantado voces con ánimo de que reviente todo, y ha pesado más el punto de desgracia con las ocasiones perdidas, postes incluidos, que los desajustes que sufre el equipo, con la defensa en primera fila. 

El Barça se desperdigará 10 días dejando sensaciones contradictorias. Nunca es muy recomendable meterse en un parón internacional después de una derrota porque provoca dudas e incita al debate. En este caso, además, reforzado por los números que acompañan al equipo y las comparaciones. El Barça no es el mismo en ninguna de las dos áreas. Ha perdido efectividad y se ha convertido en mucho más vulnerable. En las primeras siete jornadas ha pasado de 21 goles a favor a 12 y de 0 en contra, con Bravo bajo los palos, a 9, con los dos porteros.

PLAGA DE LESIONES

Nada ayuda. El equipo no anda sobrado de juego, pero también ha sido penalizado por las lesiones, un apartado en el que el año pasado tuvo mucha suerte, tanto en el inicio como especialmente en el tramo decisivo. En Sevilla Luis Enrique solo disponía de 16 jugadores del primer equipo. Pero lo peor es que en esa lista de bajas figura el nombre del número uno, Messi, y a su lado, el de Iniesta.

Las dos primeras actuaciones sin el 10 (Leverkusen y Sevilla) han validado el discurso que lanzaron algunos de sobrevivir mientras no esté. Pero el sufrimiento en la Champions y la derrota en la Liga han agravado la sensación de que estos dos meses de espera se harán largos. Muy largos. Si se cumplen los plazos, quedan siete partidos por delante a la espera de que el octavo sea el de su esperada reaparición. Nadie imagina un clásico sin Messi. Al parón le seguirá un calendario poco exigente, ideal para reforzarse y que el corcho azulgrana siga florando.