EL INICIO DEL NUEVO PROYECTO

El Barça luce sólido a seis días de la Liga

El equipo de Luis Enrique ofrece una solvente actuación ante el León en un partido lleno de goles y gran fútbol

Luis Suárez  controla el balón en su debut como azulgrana, en el que jugó un cuarto de hora ante el León.

Luis Suárez controla el balón en su debut como azulgrana, en el que jugó un cuarto de hora ante el León.

JORDI TIÓ
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Era el Gamper y el León de Rafa Márquez pero bien pudo ser la alineación del estreno liguero ante el Elche del próximo domingo. Luis Enrique dejó anoche las pruebas del Barça experimental de los últimos amistosos para alinear un once de empaque que, por lo visto en la primera parte, apunto mucho más que simples trazos del juego que pretende desplegar el técnico asturiano. El equipo, con Messi y Neymar como titulares, a la espera del castigado Suárez para las citas oficiales, ofreció un fútbol vistoso, preciso, asfixiante para el rival y con detalles deliciosos.

Porque deliciosa fue la conexión entre Messi y Neymar, liberados ya del peso del Mundial que les atosigó la temporada anterior y que, además de las lesiones, impidió que los culés disfrutaran de una pareja descomunal, convertida ahora en trío por la presencia de Suárez.

Ambos conectaron para abrir y cerrar el festival goleador del primer tiempo. Primero fue Ney quien con la colaboración de Márquez asistió al argentino para que batiera de cabeza al portero (1-0, m. 2) y luego fue el brasileño quien marcó a puerta vacía de un taconazo tras un pase de la  Pulga (3-0, m. 43). En medio llegó el segundo tanto, una obra de arte: Iniesta lanzó una asistencia de 20 metros, Ney ganó la espalda al defensa y con un toque con la izquierda batió al portero (2-0,  m. 12).

RECOBRAR LA PRESIÓN / La presión y el acoso constante al rival cuando se pierde la pelota fue otro de los detalles del nuevo perfil que luce el equipo de Luis Enrique, siempre levantado y sin parar de dar instrucciones. La velocidad de Mathieu, tanto para correr hacia atrás como hacia arriba (se incorporó con peligro en una ocasión al ataque) y la contundencia de Mascherano también lucieron en el estreno, una pareja que ofreció tanta solvencia como la presencia de Rakitic en el centro del campo.

El croata no solo cubre una porción enorme de campo con su presencia, tanto en la distribución, convertido en un gran aliado de Busquets, como en las tareas defensivas, sino que aporta algo que se echaba mucho de menos en los últimos tiempos: el disparo desde fuera del área. Por dos veces lo probó, la primera de un  zapatazo descomunal, y en las dos rozó el gol.

Hubo más detalles, como la polivalencia de Rafinha, situado ayer como extremo derecha pero que tanto sirve para defender los córners (se colocó siempre en el primer palo), como para buscar la portería desplegando una técnica exquisita. Y sin olvidar sus tareas defensivas. En cada arrancada mexicana, allí estuvo el hispanobrasileño, un comodín de  lujo para el entrenador. Y un  gran acompañante para Messi, que a pesar de la inactividad exhibió un buen punto de explosividad en la zona de tres cuartos.

El entrenador fue de nuevo fiel al dibujo clásico del 4-3-3, aunque la movilidad de todas sus piezas le alejó del todo de ese juego estático de los cursos pasados tan irritante para el espectador. A ello contribuye el trabajo de todas los hombres y las penetraciones de los dos laterales: Alves y Alba, que cohabitan más en territorio enemigo que en su casa.

También Bravo tuvo una ocasión para lucirse (la única) al despejar un tiro envenenado y Suárez dispuso de 15 minutos que le supieron a gloria aunque la condena siga vigente hasta finales de octubre. Salió el uruguayo pero los goles fueron de Munir y Sandro. El primero marcó dos, demostrando por qué se ha ganado a  Luis Enrique, y el segundo cerró la goleada. Son los niños del entrenador, quien no dio ni un solo minuto a Song. Otro mensaje, otro detalle.