El Barça invita al Chapecoense a jugar el próximo Gamper

La iniciativa se acompañará de diversos actos de homenaje

Velas en homenaje a las víctimas del siniestrado avión del club brasileño Chapecoense, en Bogotá, este martes.

Velas en homenaje a las víctimas del siniestrado avión del club brasileño Chapecoense, en Bogotá, este martes. / periodico

JORDI TIÓ / BARCELONA

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Pocos torneos Joan Gamper, que este 2017 alcanzará su edición número 52, habrán tenido la emotividad que se prevé para el del próximo agosto, cuando Barça y Chapecoense se midan en un partido que el club azulgrana quiere convertir en "un gran homenaje del mundo del fútbol" a la entidad brasileña destrozada por el accidente aéreo del pasado 28 de noviembre. El Barça, que ayer invitó formalmente al Chape a través de una carta, pretende también con este partido "colaborar en la reconstrucción institucional y deportiva del club, y ayudar a que pueda recuperar el nivel competitivo que tenía".

El equipo brasileño, que viajaba hacia Medellín para enfrentarse al Atlético Nacional en la ida de la final de la Copa Sudamericana, perdió a un total de 22 futbolistas y a casi toda la directiva en el accidente. Uno de los pocos supervivientes de la tragedia, el defensa Alan Ruschel, ha agradecido las muestras de solidaridad llegadas de todas partes. "Hola amigos de Brasil y de todo el mundo. Me estoy recuperando bien y dentro de poco tiempo volveré a mi país para completar la rehabilitación", explicaba el miércoles el zaguero, de 27 años, por quien se temió que no pudiera volver a andar. "Quisiera agradecerles la fuerza que me transmitieron y el afecto que me demostraron. Muchísimas gracias a todos", añade el jugador, todavía convaleciente en el hospital de Medellín, aunque se prevé que en unos pocos días Ruschel pueda regresar a Brasil para continuar en su casa con la larga rehabilitación que le espera.

PROSIGUEN LOS HOMENAJES

Mientras, los homenajes al Chapecoense se siguen repitiendo en medio mundo (el minuto de silencio en la última jornada de la Champions fue otro ejemplo) y especialmente en Brasil, donde el miércoles debía disputarse el partido de vuelta entre el Chape y el Atlético Nacional. El estadio elegido para ese histórico partido era el Couto Pereira de Curitiba, con capacidad para 40.000 personas, mucho más grande que el del Chape, el Arna Condá (21.500), que no reúne las condiciones requeridas que establece la Conmebol.

El recinto se llenó hasta la bandera y a la hora en que debía empezar el partido, se escuchó un pitido de silbato que daba inicio de forma simbólica a un partido que desgraciadamente no se jugará nunca. Las luces del campo se apagaron y la afición convirtió el graderío en un emocionante homenaje silencioso a las víctimas. Igualmente, en el propio estadio del Chape también se concentró a afición del equipo brasileño. Lo mismo sucedió en las afueras del estadio de Maracaná, donde seguidores de todos los clubs de Río de Janeiro se concentraron para recordar a los fallecidos.