LA COMPLICIDAD ENTRE EL FÚTBOL Y LA CANCIÓN

El Barça inspira a la generación pop

Los protagonistas de la nueva escena musical catalana proclaman su adhesión al equipo y al proyecto «filosófico» de Pep Guardiola

Una estrella 8 Guardiola aplaude en la celebración de la Liga.

Una estrella 8 Guardiola aplaude en la celebración de la Liga.

JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Principios elevados salpicaron la conversación: arte, armonía, filosofía, una forma de concebir el mundo, trabajar por una vida mejor... ¿Pero estamos hablando de fútbol? No: hablamos del Barça. Del Barça de Guardiola. Un fenómeno no solo deportivo sino intelectual, ético y estético cuya ola alcanza a ciudadanos que se habían mantenido fríos ante el espectáculo futbolístico. Incluido un sector que siempre suele ir por libre, la tropa del pop y la canción.

Este diario convocó a una decena de protagonistas del nuevo escaparate musical catalán, muy reanimado en la actualidad, para hablar de fútbol. Mejor dicho, de este Barça. La cita fue en un escenario del éxito, el Palau de la Música. El requisito era ser culé. Lo son David Carabén (Mishima), Santi Balmes (Love of Lesbian), Martí Maymó (Manel), Roger Mas, Raül Fernández (Refree), Dolo Beltrán (Pastora), Stefano Macarrone (Mendetz), Miquel Sospedra (Mazoni y Sanjosex) y dos miembros del grupo emergente Estúpida Erikah, Lluís Bòria y Magali Licari, autores de la canción Iturralde González.

Todos ellos apuntan, para empezar, que un equipo de fútbol no se diferencia tanto de una banda. «Es un grupo de amigos con los que te entiendes y compartes un destino», señala Carabén, hijo del que fuera gerente del Barça Armand Carabén, el hombre que en 1973 trajo a Johan Cruyff a Barcelona. Cree que, como en el fútbol, hay dos maneras de enfocar la ejecución musical. «Está el modelo OT, donde un tipo con vozarrón se luce en solitario, y luego los Beatles, donde cada miembro tiene su papel y el juego está distribuido. Los Beatles serían como el Barça».

Santi Balmes, cantante de Love of Lesbian, desarrolla el símil. «Un guitarrista es como un extremo derecha; un bajista es un lateral izquierda, pero también puede ser mediocampista... Y los dos oficios consisten en dar un poco de espectáculo». Según Sospedra, «hay conciertos de Champions, y en otros el campo está hecho polvo, pero hay que ir a tocar». Balmes remata: «¡Pero es allí donde se ganan las Ligas!»

'Cruyffismo' radical

¿Alguien dijo espectáculo? «No me imagino a Sergio Ramos divirtiéndose; no puede, seguro», suelta Bòria. Sí, todos los convocados coinciden en denostar el resultadismo y en atribuir al actual Barça valores opuestos y más elevados: juego en equipo, técnica, ambición. «Cuando ganamos la Liga con Van Gaal yo no fui feliz. Aquel juego no iba a ninguna parte; no creaba afición», subraya Martí Maymó, de Manel. La exposición más amplia y contundente la hace Carabén. Su lenguaje apela a la trascendencia. «Soy un cruyffista radical por familia y por convencimiento. Cruyff nos dijo que luchar solo por los resultados era propio de una mentalidad pequeña. Y con Pep se ha vuelto a Cruyff, que sería como un indie del fútbol (risas). El resultadismo es como hacer música solo para vender y hacer negocio. Patético y absurdo. No estamos en esto para ganarnos la vida, sino para que esta vida sea mejor», argumenta el cantante y compositor de Mishima.

Roger Mas sigue el hilo y le aplica unas capas extras de mística y plástica. «Con este Barça pienso en la canción La belleza, de Aute. Ahí veo arte, búsqueda de una armonía, de simetrías, de un todo que, por encima de las individualidades, funciona, más que como una máquina, como un bosque». Una metáfora forestal muy propia de este cantautor telúrico de Solsona. «En un país mediterráneo como este, donde el espíritu anárquico y liberal impera, el Barça de Guardiola y los castellers me hacen pensar que quizá algún día haremos algo de provecho», reflexiona Mas, que intuye en Guardiola un perfil creativo reconocible. «En él hay una poética, una búsqueda de belleza y armonía, y eso es también lo que yo busco como cantautor». La cantante y actriz Dolo Beltrán participa del orgullo colectivo. «Yo no sé de fútbol, pero cuanto más viajo, más del Barça me siento», asegura.

Para Stefano Maccarrone, barcelonés de raíces romanas, «todo nace en la Masia», el think tank del equipo. «Allí se fabrica un estilo y se apuesta por la belleza, haciendo del espectáculo una creencia. Lo maravilloso es que se intenta inculcar un estilo de vida extensible a lo extradeportivo y se convierte en algo cultural», reflexiona.

Control de las mentes

Pero una figura carismática emerge entre las brumas. El ideólogo, el filósofo. «Pep no solo controla el equipo y los socios. ¡Yo creo que controla mentalmente a toda Catalunya!», exclama Santi Balmes. «Yo me había alejado del Barça, pero he vuelto a él por su filosofía. Mi madre es francesa y culé», añade Magali Licari, de Estúpida Erikah.

Y hay comprensión ante su ocasional laconismo. «Imaginaos que después de cada ensayo y cada concierto tuviéramos que dar una rueda de prensa», rumía Balmes.

Muy bien, campan los elogios, pero alguien tiene que hacer un papel más ingrato, recordar que según qué euforias solo penden de un hilo. Martí Maymó nos recuerda que la inseguridad ha formado parte, al menos hasta hace muy poco, del bagaje emocional culé. «Nuestro problema es que cuando perdemos lo ponemos todo en duda. Cuando Rijkaard fracasó, o se decidió que había fracasado, hubo quien habló de fichar a Mourinho.

Por suerte, el Barça no fue por ahí», celebra el bajista de Manel. Para Raül Fernández (Refree), que tacha al técnico madridista de «supervillano», filosofía y resultados son una misma cosa. «La victoria sirve para constatar que nuestro sistema de juego es el bueno».

Según todos ellos hay motivos para pensar que el modelo actual tiene continuidad. «Me gusta ver que van entrando jóvenes en el equipo. Se va gestando una nueva generación de jugadores para perpetuar el estilo», apunta Sospedra, mientras Santi Balmes invoca una consigna cruyffista. «Aquel '¡salid y disfrutad!' marcó mucho, y se puede aplicar a todo en la vida». Sea como sea, pase lo que pase mañana, el mensaje es unánime. «Si seguimos en la línea actual, seremos felices muchos años», aventura Carabén. Y todos están de acuerdo.