Barça, una crisis poco clásica

El empate en Anoeta justo antes del duelo con el Madrid agrava los problemas estructurales que arrastra el equipo desde inicios de temporada

Luis Enrique da instrucciones junto a Neymar en Anoeta.

Luis Enrique da instrucciones junto a Neymar en Anoeta. / periodico

DAVID TORRAS / MARCOS LÓPEZ

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No se vivieron las mismas escenas que hace casi dos años ni parece que vaya a echar a rodar la bola de nieve que desató entonces la derrota, con el despido de Zubizarreta y la convocatoria de elecciones en una crisis sin igual, pero el partido de Anoeta ha puesto al Barça bajo sospecha. La creciente sensación de que algo le pasa a este equipo ha quedado agravada por una de las peores actuaciones en años y de la que salió mucho más bien parado de lo que merecía.

En Sant Joan Despi se impone el silencio, las caras largas y cierto aire de desconcierto, alimentado por algunas conductas y alguna denuncia como la de Piqué apuntando a la falta de actitud. Esta misma semana, incluso Messi aludió a la importancia del orden por encima del talento, en una sentencia que pasó sin más para algunos y que ahora cobra un significado especial. «Para conseguir cosas importantes un equipo tiene que estar bien ordenado y corto. El orden es todo», aseguró. El Barça de Anoeta (y de unos cuantos partido más) fue justo lo contrario.

Después de intentar (sin éxito) reconducir el partido en el descanso, a Luis Enrique le corresponde hacerlo ahora con la presión de esos 6 puntos de distancia frente al Madrid. Este lunes, dio el primer paso con una reunión en el entrenamiento. Pero no es fácil recuperar contrarreloj cosas que han ido dejándose de hacer desde hace tiempo. Al Barça le toca resetearse. Y con urgencia. El Madrid está a la vuelta de la esquina.

CUANDO EL TRIDENTE NO ES LA SOLUCIÓN

Está el Barça de Luis Enrique diseñado, parido y construido para el tridente. En la salud casi siempre (8 títulos de 10) pero también en la enfermedad como ahora, incapaz de curar sus problemas y actuar de red de seguridad para salvarle la vida en los días malos como ha hecho muchas veces.

Creado está el Barça para suministrar balones a esos tres «pepinos», como les calificó en su día Piqué, por el camino más corto, evitando pasos intermedios como el centro del campo y simplificando otros matices del juego que luego acaba necesitando y no encuentra. La falta de costumbre y de práctica.  Si el tridente se desconecta del juego –en Anoeta ni Messi, ni Neymar, ni Suárez tiraron a puerta en los primeros 45 minutos–, el equipo se vuelve terrenal. Y hasta vulgar.

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Se estira tanto que esa distancia distancia entre líneas debilita tácticamente al equipo. Las estrellas han ido dejando de lado la solidaridad defensiva. Arriba no presionan; en el centro del campo no llegan (la Real le quitó la pelota y la posesión) y la defensa no tiene suficiente agua para apagar tantos incendios.

Anoeta retrató a un equipo desorganizado. El tridente es dueño de casi todas las portadas. Y con razón. En los malos momentos también tiene una gran cuota de responsabilidad. Entre Messi (2 tiros), Neymar (2) y Suárez (2) sumaron seis remates en San Sebastián. Solo dos a puerta (el gol de Leo y la falta directa de Neymar). Después, la nada.

BUSQUETS Y RAKITIC, LOS SÍNTOMAS

No deja de correr, pero no llega a todo, cada vez más condenado por la falta de presión arriba y la distancia entre líneas. Nadie mejor que Busquets refleja la pérdida de influencia del centro del campo en el juego azulgrana. Y a su lado, Rakitic, el más señalado por Luis Enrique en Anoeta al sustituirlo en el descanso por Denis. De hecho, fue el único cambio que hizo a pesar de que André Gomes tuvo también una pobrísima actuación.

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Los interiores han pasado de ser las piezas más valiosas en el Barça de Guardiola, con el triángulo Busquets-Xavi-Iniesta, a ejecutar el papel de transmisores del balón al tridente. Cuanto más rápido, mejor. Es sintomático que sean las posiciones que más han rotado sin que ninguno de ellos (André Gomes, Denis, Rafinha, Arda) haya logrado asentarse.

ALBA, DUDOSO Y ESPERANDO A INIESTA

Hasta tres problemas físicos sufrió Jordi Alba en Anoetatres problemas físicos sufrió Jordi Alba en Anoeta (es dudoso para el clásico por un golpe en el peroné) pero por quien cruza los dedos Luis Enrique es por Iniesta, el faro del centro del campo azulgrana. Si el tridente se queda a oscuras, la luz que desprende el capitán es un valioso argumento ofensivo. Se lesionó en Mestalla (22 de octubre) y desde entonces el Barcelona ha trazado una línea irregular: tres victorias, dos empates y una derrota.

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Con Arda ya recuperado, el técnico espera tener a Iniesta, que podría reaparecer el sábado. No podrá rodarse él miércoles en la Copa frente al Hércules al estar sancionado igual que Mascherano.

Umtiti también aprieta para llegar al clásico. Piqué no se entrenó por unas molestias. La ausencia más inesperada fue la de MessiMessi, igual que ocurrió el día después de la crisis de hace dos años. Una curiosa coincidencia.