"Al Bernabéu, con un par de huevos"

Alves, que ya tiene una lista negra de periodistas, pide al equipo que rechace los elogios y se mantenga con los pies en el suelo

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / BARCELONA

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Ser periodista es impagable. Acudir a la Ciudad Deportiva ‘Joan Gamper’ del Barça para informar sobre las apariciones de dos personajes tan dispares como Dani Alves y Luis Enrique te permite sentirte un privilegiado. Puro hormigueo, incluso cuando te insultan, como hizo el lateral brasileño. Nos llamó “borregos” entre risas, guiños y su particular mímica. Suerte que no vino disfrazado. Perdón, a la moda. Luego, de pronto, casi sin poder digerir los capones de Alves apareció el gris, distante, lacónico e incorregible Luis Enrique, que, por fortuna, no nos insultó pero fardó, delante de un centenar de periodistas, de que no tiene “ni un solo amigo periodista”.

Luis Enrique no da un solo titular, una sola noticia, no cuenta ni revela nada de nada. Piloto automático. Insistió en creer en los suyos y en que sus chicos sepan que “el halago debilita” y, sobre todo, “que, si de las derrotas se aprende un montón, de las victorias como la del Bernabéu también se aprenden y debes corregir muchas cosas, muchas”. ¿Se imaginaba llegar al Bernabéu con + 3, hacer una exhibición, golear 0-4 sin Messi y regresar a Barcelona con +6? “No me lo imaginaba, ni lo pensé, porque como esa pregunta solo me la hubiese podido hacer un periodista, y no tengo amigos periodistas, ni lo pensé”.

Los vetados

Pasemos al otro, al enorme y divertido Dani Alves (“este tío nos llena los telediarios cada vez que sale”, dijo un presentador de TV desde la retaguardia), que, si tiene amigos periodistas, lo disimula muy bien. Tanto que a los que odia, por ejemplo, a los de ‘Marca’ (no les perdona que, hace meses, escribiesen que había ya firmado por el PSG) y a los del ‘As’ (nadie sabe por qué, tal vez por la publicación de las fotos del vestuario de Getafe tras Halloween), les impide preguntar. “Yo, como ‘Mou’, solo hablo con vuestros jefes”. Y ¡ojito! Porque esto la lista puede ir en aumento ya que, cuando emergió el gigante de ‘los Manolos’, de Cuatro TV, le avisó que “el próximo podrías ser tú”. Pero le respondió, sí.

Lo cierto es que ver y oír a Alves es uno de los placeres de este mundo. Te llena de orgullo oírle decir que “el Barça ha cambiado la historia del fútbol. Cierto, antes de la llegada de Pep (Guardiola), pero Pep lo rescató y lo impulsó aún más arriba. Somos de la gente que ama el fútbol. No solo es querer, es poder. Porque, en el fútbol, solo son recordados los que ganan, por eso nosotros nunca dejamos de tener hambre de ganar”.

Alves mira fijamente, con buena intención, al que le recuerda que él es ya el culé que más veces a ganado al Real Madrid: 22. “Yo soy muy fuerte, no me importa lo que digan de mi. La gente cuando compite conmigo, pierde. No me importan los borregos que hacen campaña. Solo hace falta entrar en Google y ver lo que dice de mí. Google es más inteligente que muchos”. No dijo, lo juro, pero casi….que muchos de vosotros.

Toque a CR7

Ni una mueca en la sala, repleta de catalanes, brasileños y, cómo no, italianos. Toquecito, simpático, sí, bienintencionado, a CR7 (“si eres demasiado protagonista, cuando ganas todo son elogios pero, cuando pierdes o no marcas, todo son críticas”) y definición solvente, cristalina, transparente de por qué y cómo ganaron en el Bernabéu: “Al Bernabéu fuimos con un par de huevos, pero también con personalidad, con ambición, con criterio, fuimos más listos que ellos, leímos el partido mucho mejor que ellos y marcamos más goles que ellos. ¿Qué si buscamos el 0-5? No olviden que todos aprendimos una palabra mágica de Pep: respeto. La manera de respetar al rival que nos enseñó Pep fue a marcar el quinto cuando teníamos el cuarto, el sexto cuando teníamos el quinto…siempre buscamos el 0-100 mejor que el 0-4. Pero cuanto menos ego, más posibilidades de seguir ganando".

Alves, que nos puso a todos como motos, conscientes de que, a continuación, Luis Enrique nos dormiría, dijo que a él ni el clásico ni la goleada le ponen cachondo. “¡A mí me pone cachondo mi chica! ¡que me den patadas, no me pone cachondo!” Y, ya en serio (perdón, perdón, siempre habló en serio), el lateral brasileño se acercó a la definición de Iniesta: “Sí, ves, lo que dijo Andrés sí me cuadra: me pone como una moto el clásico y el 0-4, claro”.

Otra cosa, la última, que le pone a mil a Alves es ver triunfar, a lo grande, a lo bestia, casi, casi, a lo Messi, a su compatriota Neymar. “Estoy orgulloso de haber puesto mi granito de arena para que ‘Ney’ recalase en el Barça porque, a excepción de Dani Alves (sic), todos los brasileños que han venido al Camp Nou han marcado una época y escrito, con letras de oro, sus nombres en este maravilloso club”. Risas en la sala, muchas, y algún (periodista amigo, sí) vociferando “y tú, también”. “Pero lo de Neymar acaba de empezar porque su ambición está por encima de su calidad”.