Aleñá, un futbolista de categoría superior

El centrocampista siempre jugó en equipos de mayor edad y siendo juvenil adorna su debut con el primer equipo con un gol

Carles Aleñá celebra el gol que marcó al Hércules y supuso el empate.

Carles Aleñá celebra el gol que marcó al Hércules y supuso el empate. / periodico

JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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Desde el primer día que vistió la camiseta del Barça al último, que fue el miércoles, anduvo siempre un paso por delante de los demás. El club hizo una excepción con él al incorporarle un año antes de lo preceptivo, cuando era prebenjamín -no había equipo de esa categoría y le colocaron en el benjamín- y frente al Hércules debutó con el primer equipo siendo juvenil.

Carles Aleñá Castillo (Mataró, 5 de enero de 1998) es un futbolista de categoría superior. En todos los sentidos. El Barça le fichó sin tener la edad mínima para que no se lo llevara el Espanyol y el Barça se prepara ahora para que nadie le arrebate la joya de la cantera. Más allá de la noche perfecta con el gol en el debut del Rico Pérez, nadie discute en Sant Joan Despí que Aleñá es el joven con mayor proyección del fútbol-base. A los 18 años ya es uno de los puntuales del filial de Segunda B.

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“Si pillo a Aleñá en el primer tiempo me lo como”, confesó Luis Enrique al final. “Y si lo pillo en el segundo lo beso”, podría haber añadido, demostrando cierta gratitud al jugador que evitó el sofoco de una derrota ante un Segunda B.

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Los besos ya se los dieron en casa, cuando la familia regresó en el Euromed con el que se había desplazado a Alicante a presenciar la soñada noche. Pudo serlo el pasado 10 de febrero, cuando entró en la primera convocatoria en el Valencia-Barça de Copa, tras el 7-0 de la ida, pero se queó en el banquillo. Igual que en las siguientes cuatro llamadas de esta campaña. La gloria -"ha sido uno de los días más felices de mi vida", confesó el juvenil, llegó a la sexta llamada.

Luis Enrique se lo quería comer porque Aleñá estuvo muchas veces mal situado. “Debe mejorar en el juego de posición, porque recibir en zonas fáciles del campo lo hago hasta yo a mi edad”, argumentó. “Tengo que mejorar muchas cosas, corregir errores y seguir aprendiendo”, admitió el jugador, en una nueva lección del salvaje fútbol profesional, del que empezó a adquirir nociones en casa –Francesc Aleñá, su padre, jugó en Segunda y Segunda B- y en Sant Joan Despí con su convivencia con el primer equipo. El debut de su progenitor fue más brillante: en las filas del Xerez marcó dos goles al Sestao (4-0) en la jornada inaugural de la Liga 87-88.

"Tengo que mejorar muchas cosas, corregir errores y seguir aprendiendo. Ha sido uno de los días más felices de mi vida", confiesa Carles Aleñá 

Francesc se formó en la cantera azulgrana pero a los 23 años tuvo que marcharse. Carles lleva toda la vida en ella, pero, en realidad, es ahora cuando empieza su camino. Su contrato acaba en el 2018 y el Barça quiere ampliarlo, no sea que cualquier gran club europeo se presente con una oferta irrechazable. Por muchos centrocampistas que abunden en la plantilla (Rakitic, Busquets, Iniesta, Rafinha, Arda, Denis, André Gomes…) Aleñá es el futuro.