El 'extremo Alcácer'

El exvalencianista es la carta para suplir a Neymar tras brillar más en las bandas que de `9¿

Alcácer marca su gol a la Real Sociedad en el Camp Nou.

Alcácer marca su gol a la Real Sociedad en el Camp Nou. / periodico

MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Era (y es) delantero centro. Pero en el Barça, tras una larga travesía sentado en el banquillo (en el 48% de los partidos ni se ha despojado del chándal de suplente), brilla más pegado a la banda que de puro nueve. Así es la curiosa vida de Paco Alcácer, un delantero fichado el pasado verano después de que otros (Gameiro y Vietto, por ejemplo), se negaran a venir.

Él, en cambio, aceptó dejar el brazalete de capitán en Mestalla (con 22 años era el más precoz de Primera) y hacer las maletas rumbo a Barcelona (30 millones costó el traspaso) sabiendo desde el primer instnate que le aguardaba un oscuro futuro: vivir bajo la inacabable sombra del mejor tridente del mundo (Messi, Neymar y Messi), ese que juega todos los minutos y no descansa nunca.

Llegó Alcácer y no jugó prácticamente nada de agosto a diciembre, teniendo el honor de agotar, eso sí, los 90 minutos de dos encuentros: la eliminatoria copera con el Hércules. Asumido cada vez más su papel marginal en el equipo, Luis Enrique tenía que levantar, una y otra vez, la voz para salir en defensa, cansado cómo estaba de que no pararan de preguntarle por él.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"\"Deber\u00edais dejar en paz\u00a0","text":"\"Deber\u00edais dejar en paz\u00a0a Alc\u00e1cer\", suplic\u00f3 Luis Enrique a los periodistas para cerrar el debate sobre su rendimiento"}}«Deberíais dejar en paz a Alcácer», gritó el técnico a los periodistas a finales de noviembre cuando el debate sobre la utilidad de su fichaje se instaló de forma definitiva. Pasaban los meses y todo continuaba igual en la nueva vida azulgrana de un nueve que vino para dar minutos de descanso a Suárez. En realidad, el cuarto delantero no era él sino Arda Turan.

DE LA DERECHA A LA IZQUIERDA

Alcácer jugaba poco y, por lo tanto, pocas opciones tenía de remate, al punto de que solo había firmado dos goles en sus primeros seis meses en Barcelona: uno al Hércules y otro al Athletic. La presión aumentaba ocultando las palabras de Luis Enrique, agotado también de pedir «tranquilidad» para un jugador, ya de 23 años, que se enfrentaba a un desafío imposible: mover la silla mejor delantero centro del mundo y dar oxígeno al mejor del mundo y a quien está llamado a ser algún día su heredero. De pronto, se dieron una serie de circunstancias que abrieron una puerta inesperada a Alcácer.

Se lesionó Rafinha en Granada y entonces Luis Enrique se inventó el extremo Alcácer. Tal cual. Jugó en el Nuevo Los Cármenes llenando la banda derecha dejando, al fin, su primer impacto con la camiseta azulgrana. Un gol valioso, era el 1-2 tras el empate de Boga, aprovechando una excelente asistencia de Suárez. O sea, el delantero centro regalando pases de gol a su suplente. Pero no se quedó ahí. Después, con una asistencia final a Neymar, el Barça firmaba el 1-4 definitivo.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Tras su estreno en la\u00a0","text":"banda derecha en Granada, se ha liberado tras una compleja y lenta adaptaci\u00f3n"}}

Desde entonces, han dejado en paz a Alcácer, quien no solo disfrutó de su primer gran partido como extremo sino que antes de la caída con la Juventus tuvo otro momento de felicidad al ejercer de extremo izquierdo. ¡Quién se lo iba a decir!

 El primer día sin Neymar, sancionado por su expulsión en Málaga, fue Alcácer el delantero que ocupó su rol ante la Real Sociedad, destinado como está ahora también a asumir esa inusual función en el clásico. Era el sitio de Arda Turan, pero hace semanas que no hay rastro de él, a quien una lesión muscular con su selección le hace estar más tiempo del previsto en la enfermería. De los últimos 14 partidos, el turco solo jugó dos y ninguno completo. Alcácer, a no ser que Luis Enrique diga lo contrario, ya se ve cabalgando por la banda del Bernabéu.