La acción continúa

Jordi Moix.

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JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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Nunca fue fácil sellar la paz en ninguna guerra y tampoco lo será en el Barça. Ni siquiera cuando el club anda en una fase álgida de su historia ni tampoco con la intervención de un árbitro neutral a cuyo veredicto se sometieron para que impartiera justicia. La sentencia del juez José Manuel Martínez Borrego en la acción de responsabilidad no ha servido para que volviera la concordia entre dos facciones: la que encabeza Joan Laporta al frente de los 17 exdirectivos demandados, y la de Josep Maria Bartomeu, el actual presidente y sucesor de Sandro Rosell.

El magistrado falló el martes que la junta de Laporta no dejó 47,77 millones de pérdidas, sino 4 millones de beneficios al rechazar tres partidas económicas que se le reclamaban en la demanda de la acción. El jueves, el expresidente se proclamó ganador al conocer la sentencia y emplazó a la actual junta a dar un paso para la invocada paz social evitando un recurso y retirando la querella, otra, que afecta al exdirector general Joan Oliver.

Bartomeu no atendió ninguna de las dos peticiones. Tal vez ofendido por las palabras de Laporta, anunció ayer que el Barça recurrirá la sentencia ante la Audiencia Provincial, disconforme con el fallo del magistrado porque en tres de las once consideraciones que expuso en la sentencia eran desfavorables a la entidad. «El club no mintió ni maquilló las cuentas ni las tergiversó», replicó el presidente.

LA PROPUESTA DEL PRESIDENTE /La reunión urgente de la junta aprobó la propuesta de Bartomeu para suavizar la tramitación del recurso por ser algo «muy normal» en un litigio judicial y por sentirse obligado por «el mandato» de la asamblea de compromisarios que aprobó la demanda. El dirigente sugirió que la ejecución de la futura sentencia (favorable al club, se supone, con la condena y el pago de las presuntas pérdidas a los exdirectivos) se sometiera a una nueva aprobación de la asamblea y que, mientras tanto, se solicitara al Juzgado número 24 que no exigiera el pago de los avales a 8 de los 17 exdirectivos afectados en la demanda del socio Vicenç Pla.

La fórmula de Bartomeu, explicó, pretendía negar la animadversión, el resentimiento y el encarnizamiento del que les acusó Laporta. A pesar de que el pasado 18 de octubre se lamentó de la «excesiva judicialización» del club y de los 900.000 euros gastados en los distintos pleitos, el Barça acude a la Audiencia Provincial y se enfrasca en un recurso cuya sola tramitación puede exigirle, de entrada, 10.000 euros.

DE OCHO A DOCE MESES / Hasta el 25 de noviembre -con el día de gracia, hasta el 26 de noviembre a las 15 horas- el Barça tiene tiempo de elaborar un recurso de apelación. Los magistrados (tres, uno de ellos será el ponente) trasladarán entonces a los demandados (los exdirectivos y la aseguradora Zurich) los argumentos del club para que opongan los suyos. Algunos abogados estiman que la sentencia podría tardar entre ocho y doce meses, tal vez más.

La rueda judicial vuelve a girar, pero en esta ocasión no habrá juicio. Los magistrados analizarán la sentencia de Martínez Borrego, que pese a desestimar la demanda no eximía a Zurich de pagar si hubieran resultado condenados. En base a ello, el Barça espera que una sentencia condenatoria la pague Zurich con los 25 millones de la póliza que firmó con Laporta al final de su mandato. Por ahora ha pagado ya 1,1 millones de las minutas de los abogados.

REACCIONES DE INDIGNACIÓN / Algunos directivos eran partidarios de cerrar la confrontación evitando el recurso. Era lo que deseaban los exgestores, aunque alguno lo esperaban. «Son unos cabrones y se están retratando», fue el mensaje en Twitter que mandó Alfons Godall a Maria Helena Fort, otra afectada, que se expresó emocionadamente. «Que sepa el presi del Barça que a mí me está destrozando la vida con esta decisión. Que no sabe el daño que me está haciendo y que nunca olvidaré», escribió la exdirectiva. Sus palabras desprendían desesperación y tristeza. La que sentía Albert Perrin por las consecuencias que suponía para el club esta herida abierta.