La celebración del título

El Barça sestea y echa una mano al Depor

Guardiola alineó un once con solo cuatro titulares a la espera de recibir el trofeo de la Liga frente a un rival que aún derrochó menos ambición

Jeffren se va de tres jugadores del Deportivo, anoche en el Camp Nou.

Jeffren se va de tres jugadores del Deportivo, anoche en el Camp Nou.

JOAN DOMÈNECH
BARCELONA

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Sobraban puntos para dar y regalar y un Barça desconectado de la Liga le brindó uno al Deportivo para que se apañe como pueda para evitar el descenso en la última jornada. Al pasillo de los gallegos correspondieron los azulgranas con una actuación muy protocolaria, sin brillo. Solo les interesaba el brillo de la copa que les entregó Ángel Villar que corona al campeón.

Situados ya de camino hacia Wembley, Guardiola reservó al once que jugará la final y tintó al Barça con suplentes, en el tradicional reparto de oportunidades cuando no queda nada en juego. Solo cuatro jugadores identificaron al equipo que cantó el alirón el miércoles. Había más titulares en la grada (Puyol, Piqué, Busquets, Iniesta y Villa) y el banquillo (Alves, Xavi, Messi y Pedro) que en el césped. No podía esperarse nada espectacular y nada espectacular hubo.

UN RIVAL DE PASO / A pesar de ser un Barça disminuido, fue de entidad suficiente y mayor que un Deportivo que parecía también de paso por el Camp Nou, sin ofrecer ningún síntoma de que se jugaba la vida, con la amenaza del descenso pendiente de los resultados del Zaragoza y el Getafe. Lejos de pelear por la salvación sabiendo que visitaba el estadio en las mejores circunstancias, ante un anfitrión blando y sin uñas, al cuadro gallego no se le atisbó nada de ambición, como si se conformara con el puntito, como si no le importara jugárselo todo a una carta en Riazor. Si el Barça hubiera necesitado los puntos, le habría caído una tunda.

No era el caso. Con el trabajo hecho, Guardiola acudió al fondo del armario y cada pieza trató de exhibir su valor. Era previsible que el once azulgrana pareciera más una suma de individualidades que un equipo por la falta de automatismos entre los componentes de la alineación. Bartra debutaba en la Liga, Fontàs volvía a jugar de central después de seis meses y de hacerlo de lateral izquierdo, y Jonathan dos Santos, casi inédito esta campaña, ejerció de lateral derecho, con lo que bastante tenía con seguir el libreto de movimientos y vigilar que nadie irrumpiera por su banda. Al experimento de Jonathan, que acabó de mediocentro, su posición, se añadió el de Afellay como falso delantero centro, mientras Bojan, que reaparecía, empezó de extremo izquierdo.

BUENAS INTENCIONES / Afellay ha tenido seis meses para mirar y aprender de Messi y se movió en esa tierra de nadie entre los centrales y los mediocampistas del Deportivo. Con sus actuaciones ya ha demostrado que es un tipo veloz y que encara sin problemas a los rivales. Cuando a ese atrevimiento le añada resolución, entusiamará. De momento, solo derrocha buenas intenciones. Tan buenas como las de Bartra, a quien le falta campo para correr, que es el contrapunto ideal a la quietud y la paz que desprende Fontàs.

El estadio se conformó con poco. Ya ha disfrutado mucho y queda aún el postre de Wembley. La hinchada ya estaba mentalizada para ver suplentes y canteranos y solo pretendía disfrutar de la fiesta del cierre oficial del estadio, a la espera de que se celebre la traca final al día siguiente de la Champions. Las miradas empezaron en el césped, pero pronto se dirigieron a la grada para cantar, hacer olas y pedir a Guardiola que sacara a Messi para acabar con tanto tedio y aburrimiento. Con ganas de jarana, se aplaudió la sustitución de Valerón, el más digno del Depor.

DOS OCASIONES / El técnico azulgrana solo concedió media hora a Alves. No es lo mismo, aunque el brasileño brindara dos carreras de las suyas por la banda. Un centro al que no llegaron ni Bojan ni Jeffren y una falta que paró Aranzubia constituyeron la producción ofensiva azulgrana. No fue más allá la del primer tiempo. Ni la del Deportivo, que con el agua al cuello exigió una gran parada de Valdés en el primer minuto y una salida en el último.