Guardiola: «Es el año que mejor estamos jugando»

De repente, miles de personas se pusieron las manos a la cabeza. Y eso que están acostumbradas a ver cosas sobrenaturales. Con Messi nada es normal. Marcó dos goles, el 3-0 y el 4-0. A cada cual más bonito, a cada cual más extraordinario porque nada en él resulta terrenal como si flotara siempre. En el primero, el 16 en la Liga, combinó con Alves como si estuvieran en el jardín de su casa. Desde el centro del campo hasta el área pequeña de Bravo, el impotente meta chileno de la Real Sociedad. En el segundo, el 17 que sumó en la Liga, Messi jugó como si estuviera en el patio del colegio.

A cada gol, tiemblan los libros de historia, incapaces de soportar el peso del impresionado legado que deja Messi. Lleva ya 71 tantos en los 71 últimos partidos oficiales que ha disputado. Y 60 ha firmado en un 2010 de récord perpetuo: 58 con el Barça y dos con la selección argentina. Y 17 en las 13 jornadas de Liga que ha disputado (se perdió dos por lesión) igualando así a Ronaldo, quien también lleva 17 aunque con dos partidos más. Tanto número no oculta, sin embargo, el gesto de asombro de miles de personas que se levantaron para festejar el 4-0, al igual que todo el banquillo. Todos con algo en común, todos con las manos en la cabeza, admirando la penúltima obra de arte del amigo, del compañero, de Messi. Simplemente Messi. 27 goles en esta temporada.

ELOGIOS DE LASARTE / «De Messi, Xavi e Iniesta, me quedo con su modestia, con su sencillez. Es poco frecuente en este mundo. Son un ejemplo», dijo ayer un entregado Martín Lasarte, el entrenador del la Real Sociedad. «Messi es más espectacular, tiene gol. Xavi es un genial conductor e Iniesta es un talento puro. Son un ejemplo para los niños», insistía el técnico urguayo, quien parecía hablar por boca de Guardiola. Tampoco hacía falta. «Estos jugadores nos dan a todos una lección, ellos nos enseñan cómo se debe hacer. Me gustaría no caer en el elogio fácil, pero estaría bien que fuéramos conscientes de lo que hace este equipo. Somos unos privilegiados de vivir algo así», comentó el técnico azulgrana. «Esto no durará siempre, eso es evidente. Pero hay que disfrutarlo», añadió.

No solo eso. Guardiola creía que lo había visto todo. Pues, no. Hay muchas cosas que le quedan por ver. Tanto a él, el arquitecto del éxito, como a sus jugadores. «Son ellos, ningún jugador deja de correr. Todos juegan por todos. Abi sale con la pelota desde atrás como ninguno; Pedro, David y Leo defienden como nadie. No hace falta decirle nada más, ellos lo hacen todo. El mérito que tienen es que lo hacen cada día, lo que admiro es su continuidad», recalcó un entusiasmado Guardiola. «Digo todo esto porque no tenemos partido dentro de dos días sino el sábado y tenemos tiempo para preparar la salida más difícil del año».

«RESPETO INMENSO» / Hablaba Guardiola del derbi con el Espanyol, que salió derrotado en San Mamés. «Le tengo un respeto inmenso, la trayectoria de Pochettino es una pasada. No es un rival, es un rival digno», dijo el técnico azulgrana. «Salimos reforzados de Bilbao, hemos demostrado tener grandes argumentos futbolísticos», precisó Pochettino. «Insisto, es el equipo más difícil. Allí, en Cornellà, no gana nadie. Pero nosotros jugamos para la gente, para los nuestros y para el mundo que le gusta el fútbol. Sé que cuando bajan por la Diagonal están un poco preocupados, pero cuando suben se van contentos y diciendo qué bien lo hemos pasado. A mí me sorprenden cada día», añadió Guardiola.

Le preguntaron, claro, por el gran Messi. «Cada día inventa algo», dijo antes de hablar de Iniesta. «Está jugando a un gran nivel», afirmó seguro de que ese equipo no para de asombrarlo. Pues no. Guardiola todavía tiene mucho por ver del Barça y por disfrutar del Barça.