LAS SANCIONES TRAS LA DEBACLE DEL CAMP NOU

La UEFA castiga a Mourinho por las tarjetas forzadas ante el Ajax

Competición suspende solo por un partido a Ramos por la dura entrada a Messi en el Camp Nou

Mourinho da instrucciones desde el banquillo del Camp Nou, que no abandonó durante el clásico.

Mourinho da instrucciones desde el banquillo del Camp Nou, que no abandonó durante el clásico.

ANTONIO MERINO
MADRID

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Al batacazo ante el Barcelona se ha unido una cadena de sanciones para el Madrid. La UEFA castigó ayer a Mourinho con dos encuentros y una multa de 40.000 euros como instigador de las tarjetas rojas que forzaron Xabi Alonso y Ramos ante el Ajax. Ambos jugadores fueron sancionados con una multa de 20.000 euros. La de Casillas asciende a 10.000 y la de Dudek, a 5.000. El club blanco también deberá pagar 120.000 euros. A esas sanciones, se sumó ayer la del Comité de Competición de la Federación Española que impuso a Ramos un encuentro por su dura entrada a Messi en el clásico del Camp Nou.

No parece esta la mejor semana del Madrid. Tras traerse un saco de goles del Camp Nou, el club supo ayer que Mourinho no se sentará en el banquillo ante el Auxerre y que el segundo partido de sanción estará supeditado a la actitud del portugués en los próximos tres años. Disciplina de la UEFA le ve como el impulsor de las tarjetas que forzaron Xabi Alonso y Ramos en el Amsterdam Arena para llegar a octavos con una amarilla. El Madrid tiene tres días para presentar alegaciones.

LEY DEL SILENCIO / Nada indica que el Madrid recurra el partido de sanción a Ramos por «dar una patada por detrás» a Messi en el clásico, según el acta del Iturralde. Es la décima expulsión del defensa en 175 partidos de blanco, las mismas que Hierro, pero éste con 439 partidos. Ramos no jugará ante el Valencia. Tampoco lo hará Carvalho, por acumulación de tarjetas. A esas ausencias se unirá la de Higuaín, al que hoy le realizarán pruebas para conocer si debe ser operado de hernia discal.

Ningún compañero de Higuaín pudo hacer balance del clásico por la sugerencia de Mourinho de mantener silencio. Solo habló Xabi Alonso y lo hizo sobre el césped. Normalmente, cuando llegan los grandes batacazos sale un capitán a dar la cara. Lo hizo Raúl cuando el alcorconazo para pedir perdón a la afición y también Casillas tras la eliminación en octavos en la Champions a manos del Lyón en marzo del 2010. Sin embargo, después del clásico, el madridismo se fue a la cama sin otro consuelo que las palabras de Jorge Valdano, que habló de resignación y de la falta de respuesta del equipo.

INSULTOS DE LA AFICIÓN / Sí la hubo en el aeropuerto del Prat, donde varios seguidores blancos increparon a jugadores y técnico, según recogieron las cámaras de Cuatro. «Mou, sinvergüenza. ¿Dónde está el orgullo? Cabrones. Mercenarios. Os habéis reído en nuestra puta cara», gritaron los aficionados.

Otros se preguntaban por el planteamiento de Mourinho, a quien se fichó para acabar con la bestia negra del Madrid. Sin embargo, la vanidad de Mou fue el primer aliado del equipo de Guardiola, al que desafió con un juego de tú a tú y con una defensa adelantada. Lo pagó con otra goleada sangrante para el madridismo.

Mientras, desde el club se pide la lógica calma en casos de descarrilamiento. No hubo gabinete de crisis ni nadie que saliera a templar los ánimos de una afición que se ha vuelto a instalar en la pesadilla. Tras el repaso del Barça a un equipo descosido, los dirigentes mantienen su total apoyo a Mourinho y trasmiten la idea de que los títulos se ganan en mayo. Pese a ello, el crédito del técnico ha sufrido un gran revés.

El silencio de los jugadores tuvo su continuidad en el vuelo de regreso a Madrid, en el que no se permitió hacer fotos a los jugadores. Nada de eso pudo observar Florentino Pérez, que, como es habitual, no viajó con el equipo. Se quedó en Barcelona por motivos personales. Probablemente, en el escenario de la que fue una nueva humillación para el madridismo, pudo reflexionar sobre su decidida apuesta por Mourinho y por el futuro del proyecto que ha puesto en manos del que define como «el mejor entrenador del mundo».