Revolución obligada

El Barça prepara una profunda reforma del vestuario a la espera del cambio en los despachos tras las elecciones

Pascual protesta una decisión arbitral en el tercer partido de la final

Pascual protesta una decisión arbitral en el tercer partido de la final / periodico

LUIS MENDIOLA / BARCELONA

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La derrota en la final de la Liga de baloncesto traerá para el Barça una revolución obligada. No hay términos medios para una temporada cerrada en blanco, sin un solo título, lo que no sucedía desde hace siete años, y que concluye con una sensación de decepción enorme por el balance de un equipo que no ha cumplido sus altas expectativas.

El vestuario será el que sufra la mayor transformación. Se esperan un mínimo de cinco salidas y la llegada, al menos, de cuatro nuevos jugadores a la plantilla. La continuidad del técnico Xavi Pascual, renovado hasta el 2017, no está en cuestión. «A Pascual le avalan, y lo ha demostrado, todos los títulos conseguidos en estos 7 años y las 19 finales seguidas en competiciones ACB», dice el secretario técnico Joan Creus. En cambio queda en el aire la continuidad de los responsables de la sección, del directivo Joan Bladé y del propio Creus. Sus puestos dependerán de la junta elegida en las elecciones del club del próximo 18 julio.

Asumir la culpa

La crisis que se ha instalado en el Palau ya no es solo por la claridad con la que el Madrid se ha llevado la Liga, para completar un póquer histórico (Euroliga, Liga, Copa y Supercopa) sino por la pésima imagen del equipo de Pascual, que ha perdido 23 de los 78 partidos disputados este año, cifras impropias de un club grande.

Desde el primer hasta el último integrante de la sección han tenido que asumir su parte de culpa. «No hemos logrado los objetivos marcados», valora Creus, intentando suavizar un golpe que deja muy mal sabor de boca, aunque aceptando que existe «una norma no escrita en el club donde como mínimo tienes que ganar uno de los tres títulos grandes y este año no lo hemos cumplido».

«Un año sin ganar nada es decepcionante», asume también Pascual, que desde que se hizo cargo del banquillo (febrero del 2008) en sustitución de Dusko Ivanovic, siempre había levantado, al menos, un título por año. «Nos ha faltado un punto para competir. Lo sentimos mucho por la gente que esperaba más de nosotros». En esa línea también se expresa Juan Carlos Navarro. «Ha sido una temporada decepcionante. Es momento de reflexionar para ser mejores en el futuro», asegura el capitán azulgrana.

Malas decisiones

A la hora de buscar responsabilidades la mayoría de dedos apuntan de forma tangencial a Joan Bladé, el directivo encargado de la sección, ya que con él al frente se ha debilitado la estructura de la sección y sobre todo a Creus y a Pascual, las dos personas por cuyas manos pasa ahora todo el poder.

Pascual y Creus son las dos personas que consensúan cada año la plantilla, que esta temporada ha demostrado falta de competitividad en demasiadas ocasiones. Esa falta de carácter hay que achacarla tanto al escaso acierto en los fichajes (la llegada de Doellman. Thomas, Pleiss, Satoransky no ha respondido a las expectativas) como a la apuesta por 14 fichas en la plantilla, bajo el argumento de un calendario cada vez más exigente. Esa apuesta ha diluido roles y responsabilidades en el vestuario, un problema agravado por la ausencia en demasiados encuentros de Juan Carlos Navarro. La presencia de 14 teóricos titulares también ha limitado la progresión y los minutos de los jugadores jóvenes como Abrines y Hezonja.

Creus asegura que es el momento de abrir un «periodo de reflexión» aunque la mayoría de las decisiones están pergeñadas. La sección no puede permitirse el lujo de esperar hasta el 19 de julio, cuando se conocerá la nueva junta, para tomar decisiones, porque sería tarde. «Este equipo siempre tendrá futuro, se tendrá que trabajar bien en verano», dice Pascual. Pero sabe que el margen para el error se ha agotado.