El pívot del futuro con el éxito entre ceja y ceja

Anthony Davis siempre ha sido el más listo de la clase. En el 2012 fue elegido número 1 del draft por Nueva Orleans Pelicans y, con solo 19 años y sin haber pisado todavía una pista de la NBA, Mike Krzyzewski se lo llevó a los Juegos de Londres para que se bañara en oro. Dotado de unas aptitudes físicas  y técnicas espectaculares, un jugador que hace muchas cosas y casi todas bien. Si en su primer año en la NBA ya dio muestras de todo el potencial que atesora, en el segundo año se ha salido, demostrando que aprende muy rápido: 20 puntos y 10 rebotes por partido, dobles figuras que ha repetido también en la mayoría de partidos de este Mundial, que ha servido para darle a conocer entre los que no siguen habitualmente la mejor Liga del mundo.

El impacto de este ala-pívot está siendo parecido al de Kevin Durant hace cuatro años en el Mundial de Turquía, cuando dejó fascinado a medio mundo con solo 21 años, la misma edad de un Davis que apunta a superestrella de la NBA,

Su olfato especial y excelente timming de salto le han convertido en el mejor taponador de la NBA, un apartado en el que también ha brillado en este campeonato, promediando 2,2 tapones por partido.

Durísimo en defensa y muy polivalente en ataque (une muy buen tiro de cuatro metros, habilidad y gran capacidad de salto) tiene el éxito entre ceja y ceja. Muchos son los que  ya le ven rivalizando dentro de muy poco con Lebron James y Durant por la corona de mejor jugador de la NBA.