BALONCESTO

Cisma en el baloncesto europeo

La FIBA ultima una competición para oponer a la Euroliga a partir de la próxima temporada

Una acción del partido del Top 16 que el Madrid jugó el jueves en la pista del Khimki

Una acción del partido del Top 16 que el Madrid jugó el jueves en la pista del Khimki

LUIS MENDIOLA / BARCELONA

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El día 21 de marzo, en París, la FIBA hará la presentación oficial de su proyecto de competición europea para la próxima temporada, la Basketball Champions League y dará carácter oficial a la guerra que viene larvándose en los últimos tiempos por el control del baloncesto europeo de clubs. De no mediar un acuerdo de última hora, la próxima temporada convivirán en Europa dos competiciones del máximo nivel, materializando una vez más el cisma que ya se vivió en el 2001, cuando los clubs se independizaron y decidieron crear su propio torneo, la Euroliga, y la FIBA sostuvo el pulso lanzando la Suproliga, un intento de mantener el control, que solo duró un año.

Espoleada por el deseo de poder de su secretario general, Patrick Baumann, y por los buenos resultados de las últimas citas internacionales (Europeos, Mundiales, Juegos), la FIBA lleva tiempo preparando una ofensiva para recuperar el control de las competiciones europeas. El argumento utilizado es el lento crecimiento de los diferentes torneos en los últimos años. Pero curiosamente, el cisma puede producirse cuando la Euroliga, que dirige Jordi Bertomeu, tiene a punto un proyecto de calado: una verdadera liga europea para el próximo año con los 16 mejores

{"zeta-legacy-despiece-vertical":{"title":"La nueva Euroliga","text":"LA FINANCIACI\u00d3N:\u00a0Los clubs de la Euroliga han firmado un contrato de explotaci\u00f3n de 10 a\u00f1os con la multinacional estadounidense IMG por una cantidad pr\u00f3xima a los 900 millones de euros."}}

clubs del continente, avalada por el acuerdo con la multinacional del deporte estadounidense, IMG, que garantizará cerca de 900 millones de euros por los próximos 10 años.

Son precisamente algunos de los aspectos más endebles de ese nuevo proyecto de la Euroliga, acelerado por la presión de la federación, como la reducción de 24 equipos a 16 para el próximo año (aunque se contemple una ampliación a medio plazo) y la concesión de 11 plazas fijas (Barça, Madrid, Baskonia, CSKA Moscú, Armani Milan, Efes, Fenerbahçe, Maccabi, Olympiacos, Panathinaikos, Zalgiris), lo que de hecho la convierte en una Liga prácticamente cerrada, lo que ha insuflado nueva vida a las pretensiones de la FIBA, que ha intentado ganarse adeptos entre los clubs que no tienen cabida por ahora en la Euroliga y que no se conforman con la Eurocup.

INDECISIÓN EN LA ACB

La última maniobra se produjo el pasado lunes en una reunión en Múnich, a la que acudieron representantes de 53 clubs para conocer los detalles de la nueva competición, entre ellos Unicaja, Valencia Bilbao. Baumann les informó sobre temas económicos y deportivos: un torneo de 32 equipos (su primera propuesta era de 16 equipos con 8 invitaciones, como el de Euroliga), a la que los clubs llegarán a través de la clasificación en sus respectivas ligas.

Desde el apoyo inicial a FIBA por parte de las ligas de Francia, Italia y Turquía (donde tienen un peso fundamental las federaciones que están presionando a sus clubs), se han ido sumando en las últimas semanas las ligas de Bélgica, República Checa, Grecia, Israel, Lituania y Polonia. En ese pulso aún quedan por posicionarse la Liga Endesa, la liga alemana, la VTB (una competición que reúne a las ligas de los países del Este de Europa) y la Liga Adriática (países balcánicos). Los clubs de la ACB celebraron una asamblea el pasado martes para tomar una posición común, pero la decisión final fue seguir a la espera de acontecimientos.

Los puentes entre Euroliga y FIBA aún no están rotos por completo. Las dos partes se han citado para volver a reunirse en las próximas semanas, aunque la relación quedó muy dañada después de que, en las últimas conversaciones, en noviembre, los clubs rechazaran la propuesta de la FIBA de compartir las competiciones al 50 por ciento. La organización que dirige Bertomeu siempre ha puesto como una línea roja que no se puede traspasar que el control debe seguir en manos de los clubs. Así las cosas, con la FIBA ultimando todos los detalles de la Basketball Champions League, todo apunta a que la guerra será una realidad.

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"El proyecto de la FIBA","text":"LA FINANCIACI\u00d3N:\u00a0La FIBA a\u00fan no ha concretado el modelo de financiaci\u00f3n. Especul\u00f3 en las primeras reuniones con la Euroliga sobre el inter\u00e9s de un fondo de inversi\u00f3n, pero no ha acabado de definirse."}}