El Barça pasa por encima del Fuenlabrada

El Barça parece decidido a dar carpetazo por la vía rápida a su eliminatoria de cuartos de final, poco más que un trámite para un equipo que mira a la Liga como premio y también como tabla de salvación, después de una temporada en la que ha quedado lejos de la lucha por los principales títulos. 

Nadie se acuerda ya de la Supercopa que disparó la ilusión allá por el mes de octubre. Así que decidido a demostrar que está para empresas mayores, el equipo azulgrana pasó por el encuentro frente al Fuenlabrada como el séptimo de caballería: arrasando en cada acción, al toque de corneta.

El parcial de 31-15 del primer cuarto ya abrió un abismo entre el deseo del Barça y la resignación del Fuenlabrada, para quien el premio es haber acabado entre los ocho mejores de la liga. La clasificación le llegó, además, al equipo madrileño como el premio de la lotería. Cuando no la esperaba y había perdido toda esperanza tras caer en casa ante el UCAM Murcia.  Después llegó el triunfo del CAI que les dio vida. Así que los jugadores de Jota Cuspinera llegaron al Palau con los deberes hechos y cuando intentaron saborear, aunque fuera un poco, lo que supone el 'play-off', el Barça se había disparado ya hacia la victoria y quedaba poco por debatir.

TOMIC, DOMINANTE

A partir del dominio interior de Tomic (15 puntos, 9 rebotes, 30 de valoración)  que parece de nuevo en un momento dulce («desde fuera puede parecer que vuelvo a estar bien del todo, pero aún no lo estoy», admitió) y del acierto exterior (6 de sus 13 tripples en los primeros 10 minutos), el Barça puso ya al equipo madrileño contra las cuerdas, superado por la avalancha que se le venía encima.

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El acierto de Doellman, Satoransky y, sobre todo, Perperoglou allanó el camino y dibujó un escenario muy plácido para el equipo de Pascual, que cruzó con rapidez la frontera de los 20 puntos (40-20, m. 14) y se dedicó a recuperar sensaciones, mejorar estados de ánimos, y afinar puestas a punto.

SIN OPOSICIÓN

El Fuenlabrada intentó evitar el papel de convidado de piedra auque, inferior en recursos y talento, no acabó de conseguirlo. Las sensaciones no fueron las mejores en una batalla muy desigual desde los primeros minutos.

Popovic y Wear, dos de sus principales referentes, fueron los que pusieron más ganas para elevar la imagen de los madrileños. Pero el Barça no levantó el pie del acelerador, a pesar de que Pascual dio rienda suelta a las rotaciones, y la mayoría de los jugadores que salieron desde el banquillo, como Vezenkov, Samuels, Abrines o incluso Arroyo lo supieron aprovechar.

Las diferencias cada vez mayores hicieron que los dos equipos acabaron perdiendo el rigor del inicio  y dieran paso a un correcalles, en el que los azulgranas, sólidos en defensa, y con mucha más capacidad reboteadora, lo tenían todo de cara. Ganó el espectador con el intercambio de golpes, pero a esa lucha desigual acabó sobrándole el último periodo, casi un entrenamiento para el Barça, que repartió un récord de 29 asistencias, lo que propició incluso la entrada de Eriksson, muy aplaudida por el público del Palau.

 El reto para el Fuenlabrada estará en el segundo partido que jugará en casa este domingo. Ante su gente tendrá la oportunidad de lavar la imagen. Aunque el Barça, por lo visto en el Palau, parece con prisa por sacar el billete a la semifinal

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