El Barça paga con otra derrota su floja defensa

Todo le salió al revés al Barça en su visita a la cancha del Estudiantes, de la que salió escocido por la derrota (102-96), encendido con el arbitraje y, lo que es peor, con una posible recaída de Juan Carlos Navarro, que se retiró en el inicio del último cuarto, quejándose de unas molestias en la zona de los isquiotibiales de la pierna izquierda (los mismos que arrastra desde hace tiempo) y que le impidieron volver el partido.

Deportivamente, los azulgranas sufrieron el mismo castigo que el Madrid hace siete días y con idéntico guion. Atesoraron una ventaja de 15 puntos mediado el primer tiempo, que fueron incapaces de defender frente a un Estudiantes con una fe ciega en sus fuerzas. En el Palacio de los Deportes, desperdició una buena oportunidad el Barça de asaltar el liderato, perdido por el Unicaja, y que volvió a reconquistar el Madrid.

En su cuarta victoria en 12 jornadas, el Estudiantes rentabilizó al máximo el acierto de Salgado, Van Lacke y Nacho Martín, héroes indiscutibles de la velada, que sumaron 69 puntos entre los tres, y sobre todo la escasa solidez defensiva de los azulgranas, limitados de nuevo físicamente por otra semana con dos encuentros en 48 horas y la falta de recambios en la línea exterior, que ha obligado al club a fichar al escolta francés Edwin Jackson, que se incorporará hoy a la plantilla.

"A nivel defensivo nunca encontramos el camino para controlar a sus hombres más importantes y controlar el partido. No conseguimos amarrar el partido suficiente", aseguró Pascual, sin querer entrar en el tema arbitral, que provocó muchas quejas de los azulgranas y la exclusión de Huertas, por doble técnica, en los segundos finales.

Tiros libres claves

Empezó el Barça a toda máquina, con Doellman recuperando las buenas sensaciones del inicio de temporada (suyos fueron 10 de los 18 primeros puntos) y un eficaz Deshaun Thomas. 

Cualquier otro equipo habría levantado la bandera blanca ante el grado de inspiración de los azulgranas, que anotaron 12 de sus 13 primeros lanzamientos, y parecían en condiciones de romper el encuentro mediado el primer tiempo (21-36), después de anotar más de 30 puntos en el primer parcial.

Pero el Estudiantes actuó con un enorme descaro y el mismo nivel de acierto de los barcelonistas (8 triples madrileños, 9 azulgranas) y eso le permitió no solo no descolgarse gracias al acierto de unos inspiradísimo Van Lacke y Salgado, sino darle la vuelta al encuentro (67-64) m. en un inspirado tercer periodo que iniciaron con un parcial de 17-7.

A partir de ese instante, el encuentro se convirtió en un intercambio de golpes, del que salió mucho mejor parado el Estudiantes gracias a las faltas y los tiros de personal (30 tirados por 19 de los azulgranas), una diferencia que acabó por ser clave en un final a cara o cruz.