Faverani y Koponen cambian la cara del Barça

El debut de Faverani fue el mejor antídoto para la crisis de ansiedad y de resultados que atraviesa el Barça y para impulsarse hacia un triunfo sedante frente al Anadolu Efes en la competición europea (89-78).

La actuación del nuevo fichaje azulgrana cambió la cara de un equipo anémico, cuyas constantes vitales estuvieron bajo mínimos en el primer tiempo (33-34) y que parecía lanzado hacia otra decepción. Jugando con una eficacia y una soltura impropia para alguien que apenas lleva dos entrenamientos, Faverani aportó 18 puntos y 8 rebotes, sólidos cimientos para el triunfo, números inalcanzables para Dorsey ni en su mejor estado de forma.

Pero esa revitalizante actuación de Faverani, que casi convirtió a Tomic en un espectador (solo 2 puntos del pívot croata, en 13 minutos, castigado por las faltas personales) no hubiera bastado para tumbar a un ambicioso Anadolu Efes, lanzado por el acierto del exjugador del Joventut Brandon Paul, autor de 25 puntos y 6 de 12 triples.

Para lograrlo, el nuevo pívot azulgrana encontró la ayuda de Peteri Koponen, sensacional desde la línea del triple, que salió al rescate de sus compañeros cuando la presión del equipo turco era mayor. Tras un tercer cuarto sensacional, en el que anotó 30 puntos, de lo mejor que ha jugado últimamente, el Barça llevó su ventaja hasta los 15 puntos (70-55). Pero el equipo de Perasovic la recortó peligrosamente a base de triples en un plis plas (75-71, m. 36). 

OCTAVA VICTORIA

El acierto de Koponen (20 puntos, 6 de 8 en triples) hizo saltar por los aires la resistencia del equipo turco y despejó el camino a un triunfo, el octavo en la competición europea para los barcelonistas, que le llega como agua bendita. 

En esos 10 brillantes minutos del tercer cuarto, el Barça condensó todo el potencial que es capaz de desplegar. Después de un primer tiempo negado, Navarro despertó con siete puntos consecutivos. Luego fue Faverani quien se encargó de tomarle el relevo, encadenando dos acciones de canasta y tiro libre adicional, resueltas con dos mates cargados de coraje. Hasta Claver, desaparecido en el primer tiempo (cero puntos) se contagió del despliegue de adrenalina del equipo en esa fase del encuentro y se soltó en ataque, cosa que habitualmente no hace, para convertirse con sus 15 puntos (3 de 3 en triples) y 5 rebotes en otro puntal de la victoria. 

Solo así, con varios jugadores enchufados, connsiguió el Barça cambiar la dinámica negativa de las últimas semanas (venía de dos derrotas consecutivas, la última en el Palau) y aclarar un panorama oscurecido por la falta de resultados, la delicada situación en la competición europea, lejos de los puestos de ‘play-off’ y la pésima imagen del pasado domingo en Tenerife.

El mal momento de Rice (6 puntos, 1 de 8 en tiro) y de Doellman (9 puntos), que no acaban de sumar, siguen siendo un lastres para el cuadro azulgrana cuando deberían ser dos de los hombres que marcan diferencias. El pulso y los signos vitales del equipo les necesitan. Solo así podrá afirmarse que el efecto Faverani es una realidad.

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