La noche que Mireia Belmonte emocionó al mundo (y a sus amigos)

Son las 3 de la mañana. Televisión Española conecta en directo con Julia Luna y Javier Soriano en el Estadio Acuático Olímpico de Barra da Tijuca. Mireia Belmonte está a punto de hacer historia, pero todavía nadie lo sabe.

En Sevilla Álvaro Holgado está frente al televisor. La prueba todavía no ha empezado y los nervios y el miedo afloran. “Confiaba plenamente en Mireia y la veía con el oro, pero estaba ahí el temor a que no fuese así”, rememora.

Desde Gijón Lucía R., administradora del club de fans Mireia Belmonte CF, ha seguido todas las pruebas que ha disputado Mireia Belmonte en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 “y el 200 metros mariposa no iba a ser menos” cuenta, mientras añade que “confiaba mucho en sus posibilidades, si alguien podía hacerlo era ella, aunque no deja de ser una final olímpica y podía pasar de todo”.

Un poco más cerca de Río, está Ricardo González. Madrileño de nacimiento, pero residente en Caracas (Venezuela) por trabajo, es fiel seguidor de Belmonte y cuenta que descubrió a Mireia hace 10 años, en el Mundial Junior de Río de Janeiro. Allí son las 9 de la noche y asegura que siempre supo que si “no dejaba escapar la australiana Groves por más de un cuerpo en los primeros 50 metros la prueba era suya”.

EMPIEZA LA COMPETICIÓN

Se escucha la señal para que las nadadoras se lacen al agua. La prueba es muy igualada. A partir de los 100 metros, Mireia empieza a alcanzar a Madeline Groves. En ese momento “veía muy cerca el oro y todavía más cuando se ponía por delante en el último viraje con un subacuático espectacular pero los últimos 25 metros fueron de sufrimiento total, venía por un lado la australiana y por otro la japonesa”, confiesa Álvaro, presidente del club de fans Club Belmonte Garcia.

Mientras una parte de España duerme, los seguidores de Mireia no pueden despegarse del televisor, emocionados con la oportunidad que se le presentaba a la nadadora badalonesa de hacerse con el oro. “Me he pasado toda la prueba con lágrimas en los ojos, mandándole todas mis fuerzas y repitiendo que era su momento que era ahora o nunca”, relata Lucía.

“En el primer viraje ya salté de mí sofa y me pegue completamente a la pantalla del televisor”, recuera Ricardo, que es nadador máster.

BELMONTE ES CAMPEONA

Y de repente Mireia toca la pared de la piscina. Es la campeona. Es la primera nadadora española en hacerse con el oro en los Juegos Olímpicos. Y la euforia y la alegría  se desatan. Para Álvaro, Lucía y Ricardo es uno de los días más felices de sus vidas.

“Cuando tocó la pared”, dice Álvaro, “aparecieron todas las emociones a la vez, alegría por la victoria, llorando por todo lo que significaba y todo el trabajo que tenía detrás. Era cumplir un sueño. Una de las noches más felices de mi vida, desde luego”.

Lucía reconoce que “cuando tocó la pared y lo logró, me pasé sin exagerar una hora llorando porque después de todo lo que había luchado lo había conseguido. Uno de los días más felices de mi vida”.

Ricardo vio la transmisión de la prueba por un canal inglés y cuenta que el comentarista por un momento “dudó en saber quién era la ganadora y comentó que debería esperarse al resultado de la pizarra electrónica”. Pero él tenía muy claro que Mireia era la ganadora: “Yo vi su toque y fue muy claro y contundente, sabía que ella había ganado, seguidamente apareció en la gran pantalla el triunfo de Mireia”. En medio de la satisfacción por el oro de Mireia, a Ricardo  le toca preparar una paella: “Aposté que de ganar Mireia haría una paella, la cual termine como a las 2 de la madrugada”.

UNA LECCIÓN DE VIDA

Dicen algunos sabios que nunca hay que rendirse para hacer realidad los sueños. Es justo esta la lección más importante que transmite el oro de Belmonte, “porque si Mireia, que estuvo el año pasado lesionada y que es asmática y alérgica al cloro puede llegar a ser campeona olímpica, yo puedo con todo. Es mi ejemplo a seguir en todos los aspectos”, se sincera Lucía.

“Como deportista todos la conocemos es un 10, luchadora como la que más, nunca se rinde, y dando siempre el 100%. Y como persona, mejor todavía si cabe. Nunca pierde la humildad y es muy agradecida con todas las personas que le apoyan. Un ejemplo total tanto dentro como fuera de la piscina”, cuenta Álvaro recordando las veces que ha tratado con Mireia.

Ricardo, además, cree que el oro de Mireia Belmonte supone un antes y un después, “una posibilidad para que la natación encuentre su justo lugar dentro del deporte español y consiga proyectar una constancia en los nuevos nadadores. Puede que esto signifique poner mucho peso sobre sus hombros, pero en realidad es sobre los hombros del deporte español e iberoamericano. Pero sin duda es un buen ejemplo a seguir. Si EEUU tiene a Phelps, España tiene a Mireia y ese es un valor a proyectar".

Ahora, tanto Ricardo, Álvaro y Lucía como todos los seguidores de la nadadora badalonesa empujaran a Mireia Belmonte para que haga realidad otro sueño: conseguir una medalla en la final de los 800 metros libres.

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